Los calendarios eclesiásticos de todas las religiones conocidas se vinculan a las fases mayores del Sol y la Luna.
El calendario de festividades judías no es la excepción. El año judío es solar, pero los meses son lunares. Al ser la luna la que marca el tiempo, los meses del año oscilan entre 12 y 13, de ahí que cada dos o tres años tenga que añadirse un mes bisiesto para adecuar el cómputo de los meses lunares al año solar. Por ello, cada año las festividades caen en fechas distintas.
Nuestra semana de siete días proviene de una convergencia producida aproximadamente en le segunda centuria AC, entre el ciclo sabático judío, donde el séptimo día se consideraba sagrado, y la semana astrológica basada en los siete planetas que incluían al Sol y a la Luna, según la cual cada día estaba regido por cada uno de los dioses planetarios.
El calendario judío tiene instituida la semana, cuyos días se nombran por ordinales empezando por el domingo, para ajustarse a los días de la creación del mundo. Los seis primeros días son laborables, y el séptimo, que sí tiene nombre, “Shabath” (Reposo), es el día de descanso, como en el relato bíblico.
La santidad de la festividad del Sábado —que es considerada la más sagrada de las celebraciones judías, superada tan sólo por el Yom Kipur (Día del Perdón), precisamente denominado también «Sábado de Sábados»— impone otra serie de ajustes al calendario hebreo, que debe de adaptarse a las necesidades derivadas del Sábado en primer lugar, y luego de otras fiestas y ritos judíos.
De esta manera, se propone el calendario hebreo impedir que ciertas celebraciones se superpongan o hasta se contradigan entre sí. El primer caso sería la gran inconveniencia que acarrearía el coincidir el Sábado, en el que se prohíbe cocinar, e inmediatamente luego o antes de él, el Yom Kipur, en el que los observantes respetan un rígido ayuno.
Pesaj, por ejemplo, comienza con la primera Luna llena después del equinoccio de primavera en el H. Norte, otoño en el H. Sur y el año nuevo Rosh Hashana comienza en el anochecer del día siguiente a la Luna nueva más cercana al equinoccio de otoño en el hemisferio Norte.
Hanuká está señalada por la Luna Nueva en Capricornio y Purim, por la Luna llena en Piscis. Aunque en el terreno de las contradicciones, no sería aceptable que el último día de la Fiesta de Sucot, uno de cuyos preceptos es agitar vigorosamente las ramas de sauce, cayese en Sábado, en que esta actividad está expresamente prohibida, por ser una de las 39 actividades prohibidas el séptimo y último día de cada semana.
Y, en cuanto a la fecha de inicio del año nuevo, es de gran complejidad. Rosh Hashaná se debe celebrar en el anochecer de la Luna nueva más cercana al equinoccio de otoño, pero, al tener que caer en determinado día de la semana, y al contar desde la salida de la luna y no desde el inicio del día, los desplazamientos resultantes son considerables.
Este difícil pero fundamental equilibrio, se obtiene mediante cálculos que prescriben en cuál de los días de la semana podrá caer el primer día del año judío (según la usanza de nuestros días), que es también el primer día de la festividad de Rosh Hashaná, el Año Nuevo judío.
Así, las reglas del calendario hebreo estipulan que, en ningún caso, podrá el primer día de Rosh Hashaná y del año —el primer día del mes de Tishrei— coincidir un domingo, o un miércoles, o un viernes.
Para compensar el desfase que la imposición de esta regla puede conllevar en el delicado equilibrio del calendario; y una vez culminado el mes de Tishrei, durante el cual se suceden las principales fiestas judías, se vuelve a equilibrar el calendario, agregando uno, dos o tres días en los dos meses posteriores.
Año Nuevo Judío 5784
En el anochecer de esta noche, una nueva página se abre en el calendario judío con la salida de la primera estrella, marcando el inicio del año nuevo 5784. Los calendarios de diversas religiones están estrechamente ligados a los movimientos celestiales del Sol y la Luna, y el calendario de festividades judías no es una excepción.
Este calendario se ajusta meticulosamente para evitar superposiciones y contradicciones en las celebraciones religiosas, y refleja la profunda conexión entre la tradición judía y el cosmos.
Las festividades de Rosh Hashaná (literalmente cabeza del año) y Yom Kipur (Día del Perdón) conforman el llamado período de los Yamim Noraim (días austeros). Comienzan el primer día del séptimo mes del año hebreo (Tishrei), considerado por la tradición hebrea como el de la creación del Universo. Este año se celebra a partir del 15 de setiembre de 2023, cuando se oculte el sol, y se prolonga por 48 horas.
¡Shana Tová Umetuká!
- Fuente: Patricia Kesselman. Astróloga. La puedes encontrar en @Instagram.
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