Los eclipses de Luna sólo pueden producirse con la Luna llena, ya que son lunaciones especiales que se producen sobre la eclíptica, hecho que no siempre sucede.
Durante los eclipses de Luna nuestras emociones y sentimientos pueden desbordarse hasta un punto de ser percibidos claramente por los demás, pueden presentarse momentos de alteración, desorden, desconcierto o confusión, un sentimiento teñido de nostalgia o pesimismo por cosas de la vida que uno siente que está dejando atrás y lo que parece ser, en realidad no es. Los eclipses, suelen actuar como catalizadores de situaciones que se venían gestando, sacándolas a la luz.
“Conviene vigilar las emociones negativas como el enojo y los celos para reestructurarlas hacia lo positivo”
Como en todas las Lunas llenas, durante este eclipse las reacciones serán más instintivas y viscerales, y los efectos sobre el organismo más directos con mayor tendencia a trastornos psicosomáticos, por lo que será necesario que nos ocupemos de relajarnos.
Es recomendable, durante esos días, estar en contacto con nuestro Ser interno practicando actividades que se relacionen con la meditación, la reflexión y la introspección. Es un momento genial para aprovechar la oportunidad para percibir nuestros condicionamientos y ataduras, los viejos modos de pensar o de sentir y que ahora ya van quedando obsoletos, con el fin de elaborarlos y reorientar de esta manera nuestro camino explorando nuevas posibilidades.
Tendremos tendencia a actuar impulsiva e inesperadamente con cambios repentinos de humor, así que en esos días (el previo y el posterior a la Luna llena) habrá que prestar mayor atención al reaccionar manifestando impulsos, pueden presentarse momentos de inquietud y desasosiego, agotamiento emocional. Durante este período, nos conviene vigilar las emociones negativas como el enojo y los celos, aunque será conveniente retrasarlas y no suprimirlas para ser conscientes de lo que nos afecta y poder desentrañarlas para reestructurarlas hacia lo positivo.
Tendremos tendencia a actuar impulsiva e inesperadamente, y con cambios repentinos de humor. ¡Paciencia!
En los eclipses de Luna recordar que hay que trabajar sobre nuestras emociones, enfocando nuestra conciencia (quien realmente somos) a un “espacio sin mente”, nuestro Yo Interior, nuestra verdadera esencia. Para recordar: durante los eclipses, como en toda crisis de reordenamiento, se presenta la oportunidad de liberarnos de lazos negativos para alinearnos de otro modo al examinar y sondear nuestro interior buscando nuevos caminos y posibilidades. Cuando se puede ser consciente de los procesos internos de nuestra mente, cuerpo y emociones, se pueden dirigir las energías a donde más se necesitan.
- Fuente: Patricia Kesselman. Astróloga. La puedes encontrar en @Instagram.
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