En nuestras conversaciones, muchas veces utilizamos frases que tienen su etimología tiempo atrás y de las cuales desconocemos su real significado o la historia que las originó. Hablamos de frases como “andá a cantarle a Gardel” por ejemplo.
Un equipo de lingüistas de Babbel, plataforma de aprendizaje de idiomas, analizó la procedencia y curiosidades de algunas de las expresiones más utilizadas cotidianamente por los argentinos con el fin de poder entender a qué nos referimos exactamente cuando recurrimos a ellas.
Conocer el origen y significado de las frases que utilizamos en nuestras conversaciones no solo añade saber a nuestro entendimiento del lenguaje, sino que también enriquece nuestra capacidad de comunicarnos de manera efectiva. Detrás de cada una de esas expresiones hay una historia inesperada que nos remite a una herencia y una tradición, lo que nos permite conocer y comprender más sobre la cultura e idiosincrasia de un país.
A continuación, se presenta una selección de las frases más utilizadas hoy en día y su historia:
El mausoleo de Gardel, aún hoy objeto de veneración popular, se convirtió con el tiempo en un reducto de cantores aficionados e imitadores que le rinden homenaje interpretando sus más grandes éxitos.
De ahí el origen de la frase “Andá a cantarle a Gardel” que los argentinos utilizan para amonestar a los arrogantes, para manifestar incredulidad o para alejar a los que intentan embaucarlos.
Los jóvenes de la alta sociedad argentina adoptaron esta costumbre en nuestro país hasta que la volvieron popular en los bares y restaurantes de Buenos Aires. Sin embargo, era un juego que solo practicaban “los niños bien”, porque eran quienes podían pagar la cuenta. Por lo que la frase se comenzó a utilizar para referirse a las personas que poseen mucho dinero y les sobra como para “tirar manteca al techo”.
Una segunda versión adjudica esta frase al famoso jockey uruguayo Irineo Leguisamo, inmortalizado por Carlos Gardel en el tango “Leguisamo solo”, quien solía montar una yegua llamada Catalina y a quien el jockey le decía antes de cada carrera: “Agarrate Catalina, que vamos a galopar”.
De una u otra forma, este dicho aún hoy se utiliza para advertir a alguien sobre una situación peligrosa o difícil que exige coraje para afrontarla
La expresión argentina se deriva del nombre de una famosa galletita fabricada por la empresa Bagley a principios del siglo XX. Este producto, considerado saludable por los médicos debido a sus ingredientes de alta calidad y la falta de agregados artificiales, era recomendado a pacientes y formaba parte de la dieta de enfermos en los hospitales. Por lo tanto, cuando alguien agonizaba, se utilizaba esta expresión para insinuar que estaba entregado o que ya no tenía esperanzas de vida. Desde hace ya muchos años, esta frase también se aplica a las máquinas que dejan de funcionar y no tienen arreglo posible.
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