Muchas veces hemos oído que la comida no es un juego, y que hay que tomarla en serio. Es un “reto” repetido cuando los niños se distraen y demoran más lo que los padres consideran conveniente para acertar el tenedor en su boca y finalizar el plato.
Sin embargo, la imaginación siempre triunfa. Y el juego también. El artista japonés Tatsuya Tanaka presentó Miniature Calendar, donde microscópicos muñecos crean un mundo paralelo haciendo que la comida y otros objetos cotidianos formen parte del decorado, es decir, del plato de comida que hace las veces de escenografía.
Ocurrente, el hombre creó calendario donde cada día hay una situación totalmente distinta a la anterior: un vaso de cerveza que funciona como nieve para que un trineo se deslice; unas albóndigas que forman parte de una isla desierta; una esponja jugando a ser el manto de un infinito desierto.
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