El 2020, año tan complicado y difícil para toda la humanidad, se despedirá de una manera diferente. Después de 800 años podremos volver a ver a la denominada “estrella de Belén”, esa estrella que según las sagradas escrituras del cristianismo, guió a los tres Reyes Magos hasta el portal de Belén.
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¿Qué dice la ciencia sobre este fenómeno? El profesor de astrofísica teórica y cosmología Grant Mathews, de la Universidad de Notre Dame (Indiana, Estados Unidos), publicó sus propias conclusiones sobre esta famosa estrella, en las que señala que nunca se pudo tratar de una estrella.
En sus estudios Mathews explicaba, hace unos años, que el acontecimiento astronómico que pudo haber llevado a los reyes magos hasta Belén, fue una “alineación planetaria extremadamente rara que ocurrió en el siglo 6 a.C”. Agregando que “es posible que nunca se vuelva a ver”.
Sus estimaciones indican que el sol, Júpiter, la luna y Saturno se encontraban todos en Aries, mientras que Venus estaba al lado, en Piscis, y Mercurio y Marte, al otro lado, en Tauro. Entonces, se consideraba que la presencia simultánea de Júpiter y la luna significaba el nacimiento de un gobernante con un especial destino, y sumado al resto de simbologías, todo parece indicar que los sabios vieron este fenómeno en el cielo y habrían reconocido que significaba un nacimiento especial.
La conjunción de Júpiter y Saturno provocará un resplandor similar al que dio origen al astro que, para los cristianos, anunció el nacimiento de Jesús
Las alineaciones entre Júpiter y Saturno son raras pero “ocurren una vez cada 20 años, aproximadamente”, indica el astrónomo Patrick Hartigan, de la Universidad William Marsh Rice en Houston (Texas, Estados Unidos), en una entrevista con la revista ‘Forbes’.
Este año tendrá lugar una de estas alineaciones de planetas de manera excepcional, tanto que parecerán chocarse para convertirse en un punto de luz superbrillante y se podrán visualizar como un ‘planeta doble’, por primera vez desde la Edad Media.
Según las estimaciones de Hartigan, Júpiter y Saturno han estado en un proceso de aproximación en el cielo desde el verano, y entre el 16 y el 25 de diciembre estarán separados por una distancia inferior al diámetro de la luna llena.
“En la noche de mayor aproximación entre los dos planetas, el 21 de diciembre, se podrán ver como un ‘planeta doble’, separados por una quinta parte del diámetro de la luna llena”, explica el científico. Esto ocurrirá, además, el día del solsticio de invierno.
En la noche de mayor aproximación entre los dos planetas, el 21 de diciembre, se podrán ver como un ‘planeta doble’, separados por una quinta parte del diámetro de la luna llena
En realidad los dos planetas se alinearon en el Sistema Solar hace unas semanas, pero no aparecerán alineados en el cielo de la tierra hasta ahora: esto tiene una explicación lógica, y es que nuestra línea de visión es diferente porque estamos orbitando rápidamente alrededor del sol.
La última vez que tuvo lugar un fenómeno similar, según Hartigans, fue el 4 de marzo de 1226, hace casi 800 años. “Habría que retroceder hasta entonces, justo antes del amanecer, para que fuera visible una alineación más cercana entre estos dos objetos”, apunta.
El 2020 enonces, termina con un especial espectáculo en el cielo: los planetas aparecerán bajos en el cielo durante una hora aproximadamente después de la puesta del sol en el Hemisferio norte, y aunque se puede visualizar a lo largo de toda la semana, el día que estarán más cerca será el 21 de diciembre.
Si bien la vista estará muy próxima al horizonte, el efecto será lo suficientemente brillante como para ser vista durante el crepúsculo. Eso sí, es necesario que el cielo esté despejado cuando se dirija la vista hacia el suroeste unos 45 minutos después de la puesta de sol.
Para los amantes del cielo estrellado, acostumbrados a utilizar telescopio, “cada planeta y varias de sus lunas más grandes serán visibles en el mismo campo de visión esa misma noche”. Este acontecimiento se podrá ver desde cualquier punto de la tierra (si el clima lo permite), aunque las mejores condiciones de observación estarán cerca del ecuador.
“Cuanto más al norte se encuentre uno, menos tiempo tendrá para vislumbrar la conjunción de los planetas antes de que se hundan bajo el horizonte”, señala Hartigans. Desde el cielo de Nueva York o Londres, los objetos visibles estarán más cerca aún del horizonte, a unos 7,5 y 5,3 grados, respectivamente, y en latitudes similares es mejor mirar al cielo en cuanto atardezca, para tener más probabilidades de verlo.
Si alguien quiere ver esta conjunción de planetas un poco más alejada del horizonte, tendrá que esperar hasta el 15 de marzo de 2080, según las estimaciones de Hartigans; entonces, Júpiter y Saturno volverán a estar relativamente cerca pero en una zona más alta del cielo. La siguiente aparición de los dos como pareja, no obstante, no tendrá lugar hasta dentro de muchos años, probablemente después del año 2400.
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