La idea general de que la juventud suele ser cada vez más desprejuiciada y abierta a nuevas experiencias y especialmente precoz en lo que respecta a la iniciación sexual parece tenerultimamnete ferreos argumentos en contra.
Los millennials han sido estudiados ya como un grupo generacional que no solo teme, o al menos que no busca relaciones más estables de pareja sino que además suelen ser un poco más propensos a la vida en soledad.
Pero esto, en Japón o solo es un dato estadístico más sino que se ha convertido en un problema de estado. Y pese a las medidas del gobierno para incentivar la natalidad, la población en ese país no consigue rejuvenecer. Cada vez son más las prsonas que ingresan a la vida adulta y que deciden no tener hijos y cuando lo hacen, no son tantos.
De acuerdo a una encuesta oficial del Instituto Nacional de Investigaciones sobre Población y Seguridad Social, más del 40 por ciento de los japoneses y japonesas entre los 18 y los 34 años no tuvo sexo.
Los nipones no están orgullosos de serlo y casi todos desearían tener una relación, según la encuesta.
“Con mis amigas nunca se ha planteado (un encuentro sexual) pues valoro mucho su amistad”, cuenta sobre el tema K.K., un empleado de 32 años que recuerda su última relación carnal como algo remoto. Además, asegura que le gustaría ser padre para contribuir a la escasez de mano de obra.
Los vírgenes se suman a los “herbívoros”, otro grupo urbano similar al metrosexual en su exquisitez para vestir, inteligentes y amables, pero reacio a iniciar cualquier relación personal.
La timidez, el alto consumo de pornografía son dos de los elementos que se identifican como muestra de esta abstinencia de relaciones sexuales. Pero más alla de cestiones individuales, hay un aspecto socioeconómico que determina la creciente virginidad de los japoneses.
Es que la precariedad laboral que desplaza al empleo vitalicio desde finales del siglo pasado y el miedo a un futuro con magras pensiones, reduce en las nuevas generaciones la esperanza de casarse, tener hijos, casa propia y hasta de comprar coche.
De hecho, el primer ministro japonés Shinzo Abe tiene algnos números en mente que lo preocupan. Según las estipulaciones, la población japonesa se reducirá en un tercio en 2060 y para 2100 será de sólo 49 millones de personas, 77 millones menos de los 126 actuales.