“¡Gracias a los que no me dejaron retirar! Gracias a ellos acá estoy”
Las palabras se mezclaban con el llanto cuando el tandilense, totalmente agotado, celebraba con su último resto la victoria contra su amigo Marin Cilic en el cuarto punto de la final de la Copa Davis.
Nunca había remontado Del Potro una desventaja de dos sets a cero. Cilic había jugado -y siguió jugando- un gran partido. Por dar un solo dato, el croata anotó 34 (!!) aces y cometió apenas dos dobles faltas.
El argentino parecía cansado, con escasa reacción hasta el tercer set. Allí sostuvo su saque hasta encontrar la oportunidad de quebrar en el décimo segundo juego y ganar el set por 7 a 5.
Comenzó entonces otro partido, pleno de alternativas, de jugadas brillantes, de lucha contra el agotamiento, de tensión intensa. Con las dos hinchadas alentando con toda su energía y en un hermoso clima de respeto, ese que hace del deporte una maravillosa forma de comunicación e integración.
Al cabo la Torre de Tandil enhebró otra hazaña enorme
Cilic jamás había perdido por Copa Davis en su casa pero le tocó a Delpo romper esa racha, tal como había hecho pocas semanas atrás ante el hoy Nº1 del mundo, Andy Murray, ganándole en su Escocia natal.
La final del tenis mundial se definirá en el quinto partido
Del Potro simplemente volvió a hacer historia luego de haber estado al borde de su retiro y, seguramente, en el más espectacular regreso a las canchas que se haya visto.
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