Música

Rock, política y fútbol: 1986 fue mucho más que el Mundial

Decimos 1986 y asociamos fútbol. Sin embargo, ese año tuvo más, mucho más.

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1986 no fue un año más en Argentina. Basta con decirlo para que las asociaciones nos lleven al triunfo de la Selección de fútbol en el Mundial de México, a la final electrizante contra Alemania, a la foto histórica de Maradona agitando el trofeo frente al mundo y la imagen de los jugadores en el balcón de la Casa Rosada ante una multitud celeste y blanca con el patriotismo a flor de piel. Es obvio: decimos 1986 y asociamos fútbol. Sin embargo, ese año tuvo más, mucho más.

Hace 34 años nuestro país vivió tiempos de gran intensidad por motivos varios, momentos que la música acompañó alumbrando algunos de los mejores discos de la historia.

Hagamos memoria. En 1986 la CGT de Ubaldini llevó adelante una huelga general, la cuarta al ex presidente Raúl Alfonsín; un proyecto ambicioso rezaba la posibilidad de trasladar la Capital a Viedma; el país lloraba la muerte del escritor Jorge Luis Borges y la sociedad empezaba a debatir sobre la eventualidad de una ley de divorcio que mucha gente cuestionaba con dureza. Eran tiempos agitados y la música se colaba en cada rincón de la vida de los argentinos como mejor sabe hacerlo… “Casémonos vía México”, rezaba el grupo Sueter y no había más que aclarar.

1986… La primer ministro inglesa, Margaret Thachter o “Señora Violencia” -como la llamó Miguel Cantilo desde el disco Contracrisis-, incumplió las resoluciones de Naciones Unidas que le ordenaban negociar con Argentina y, muy lejos de eso, decidió establecer una zona exclusiva en torno a Malvinas.

Y el 24 diciembre de ese mismo año fue promulgada la Ley de Punto Final, seguida poco después por la de Obediencia Debida, título del disco del grupo “Instrucción Cívica” que lideraba Kevin Johansen.

El 86 dejó discos, recitales y canciones famosas plasmadas para siempre en nuestros oídos y retinas, y que traspasaron incluso las fronteras para seducir a jóvenes de países de toda Latinoamérica.

Raúl Porchetto presentó ante sus fanáticos su álbum Noche y Día, que vendió unas 150 mil copias, impulsado por el tema “Bailando en las veredas”, que marcó, sin duda, las fiestas, asaltos y tertulias de toda una generación.

Charly García y Pedro Aznar cantaban “Dame tu amor a mí. Le estoy hablando, hablando a tu corazón”, y Spinetta (que venía del año anterior de un truncado proyecto con Charly, al que el mismo García justificaba diciendo: “Luis es mi ídolo, sigue siendo mi ídolo. Lo que pasó es que éramos dos ídolos muy ídolos y entonces a mí se me hacía raro estar con él”) saca el disco “Privé” y queda plasmado el tema “Rezo por vos”, cantado por Luis Alberto y Charly.

En el 86 comienza a brillar con fuerza Fito Páez quien, bajo el padrinazgo de Spinetta edita el disco doble “La la la”, donde alternan sus estilos con canciones propias. Pocos días después de finalizar la grabación, en su casa de Rosario, asesinan brutalmente a su abuela y a su tía, “sus madres” para él.

La banda liderada por el Indio Solario y Skay sacan Oktubre, el segundo disco de Los Redondos, un discazo que quedó instalado para siempre en la cultura del rock argento, con temas como JiJiJi o Preso en mi ciudad.

Soda Stereo venía recorriendo América con su disco “Nada Personal”, y graban su tercer álbum “Signos”, enloqueciendo a los adolescentes y jóvenes “al borde de la cornisa, casi a punto de caer…” “Persiana Americana” fue sin duda un éxito que también quedará grabado en los corazones de los ochentosos.

La música más “pesada” también tuvo su lugar. Sumo grabó su segundo disco, “Llegando los monos”, en el que describió a “Los viejos vinagres”.

Política, fútbol, Borges, Malvinas, divorcio sí o no y, mientras tanto y por suerte, música. Siempre música.

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