Pura vida

Hormigas argentinas, la poderosa plaga que amenaza al mundo

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Una nueva investigación llevada adelante por el investigador del Conicet Luis Calcaterra en conjunto con Sonia Cabrera y Juan Briano y publicada en Insectes Sociaux, sostiene que una poderosa plaga conformada por una especie de hormigas que proviene de Argentina es la más invasiva de todo el planeta.

Ellos afirman que las hormigas de esta especie se originaron a lo largo de toda la cuenca del Río de la Plata y posteriormente, en los últimos 150 años, se expandieron en todas direcciones a miles de kilómetros de distancia propiciados por el comercio global, el turismo y el calentamiento climático.

La hormiga colorada habría sido introducida en el sur de los Estados Unidos desde Clorinda, Herradura y Formosa en la primera mitad del siglo pasado. Desde entonces, no sólo llegó hasta California, sino también al Caribe, Australia, Nueva Zelanda, Taiwan, Hong Kong, Macao y China.

Donde sea que esta hormiga haya llegado, ha causado pérdidas económicas millonarias, ha representado riesgos considerables para la salud humana y hasta se ha convertido, en ocasiones, en una amenaza para otras especies de la vida silvestre.

“Se estima que hay alrededor de 25.000 especies de hormigas, pero no todas son invasivas –explica Calcaterra-. Sin embargo, en la cuenca del Río de la Plata se generaron procesos evolutivos que hicieron posible, por un mecanismo que todavía no conocemos, que se desarrollaran varias especies que invadieron otras partes del mundo.”

De hecho, la hormiga colorada (“Solenopsis invicta”), solo en Estados Unidos, uno de los paraderos favoritos de estas hormigas rioplatenses (incluida en la lista de especies exóticas invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) cada año causa pérdidas económicas que rondan los 6.000 millones de dólares.

Otra especie, la hormiga argentina Iridomyrmex humilis Mayr también influye notablemente y es de gran importancia económica en la Riviera francesa, no sólo como una plaga casera, sino también porque hace mucho daño a las plantas en los campos mediante el mantenimiento de colonias de insectos homópteros por su melaza. Esta especie puede formar colonias que llegan hasta 6.000 kilómetros y ha empujado hasta la extinción a algunas de las especies locales.

Para dimensionar lo que esto significa, Calcaterra explica que la biomasa de estos insectos “es equivalente a la de los seres humanos. Las cortadoras de hojas, por ejemplo, son los principales herbívoros desde México hacia el Sur”.

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