El Consejo Ejecutivo de la Unesco aprobó una resolución que generó de inmediato un fuerte conflicto con Israel. La votación fue muy cerrada ya que 24 países votaron a favor, 8 en contra pero 26 se abstuvieron.
El texto, propuesto por siete países árabes, se refiere a la preservación del patrimonio cultural de Palestina y menciona la resolución de la ONU que considera ilegal la anexión israelí de Jerusalén este, donde se encuentran la Ciudad Vieja, sus murallas y un lugar fundamental para ambos sectores en conflicto por su trascendencia religiosa. Los árabes lo denominan la Explanada de las Mezquitas y es el tercer lugar santo del Islam. Para los judíos se trata del Monte del Templo donde se encontraba el segundo gran templo judío que los romanos destruyeran en el año 70 y donde se halla el Muro de los Lamentos. Recordemos que aunque Jordania sigue hoy administrando el lugar es Israel quien controla los accesos.
El texto aprobado en la Unesco ratifica “la importancia de la ciudad vieja de Jerusalén para las tres religiones monoteístas” pero se refiere a la explanada por su nombre árabe y sólo menciona el Muro de los Lamentos entre comillas.
La reacción de Israel fue inmediata y consistió en suspender la cooperación con el organismo.
En efecto, tras la votación, el gobierno de Benjamin Netanyahu cesó su apoyo a la UNESCO y advirtió que borrar la historia de esta manera puede legitimar a “los terroristas del mañana”. El primer ministro israelí resaltó que “la Unesco ha adoptado su decisión más extravagante al declarar que el pueblo de Israel no tiene conexión con el Monte del Templo y el Muro de los Lamentos”.
Netanyahu enfatizó que “decir que Israel no tiene relación con el Monte del Templo y el Muro de los Lamentos es como decir que China no tiene conexión con la Gran Muralla o Egipto con las pirámides”.
La Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, indicó ayer que “la herencia de Jerusalén es indivisible, y cada una de sus comunidades tiene derecho al reconocimiento explícito de su historia y su relación con la ciudad”. Y agregó:
“Negar, ocultar o borrar cualquiera de las tradiciones judías, cristianas o musulmanas socava la integridad del lugar, y va en contra de las razones que justificaron su inscripción en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO”
Bokova resaltó que “en ninguna parte más que en Jerusalén hacen herencia judía, cristiana y musulmana y las tradiciones comparten espacio y se entretejen hasta el punto que se apoyan mutuamente. Estas tradiciones culturales y espirituales se basan en textos y referencias, conocidos por todos, que son una parte intrínseca de la identidad y la historia de los pueblos.
En la Torá, Jerusalén es la capital del rey David, donde Salomón construyó el templo y colocó el Arca de la Alianza. En la Biblia, Jerusalén es la ciudad de la pasión y resurrección de Jesucristo. En el Corán, Jerusalén es el tercer lugar más sagrado del Islam, Mahoma, donde llegó después de su viaje nocturno de Al Haram MOSQ (Meca) a Al Aqsa”.
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