Con la primera estrella de la tarde, la comunidad judía comienza a festejar Rosh Hashaná (“cabeza de año”) y recibirá el 5777. La festividad comienza el 1° de Tishrei, que es el primer día del año judío, y evoca la creación de Adán y Eva, que fueron el primer hombre y la primera mujer. Las familias se reúnen para festejar y revisas sus orígenes.
La expresión Shana Tová (Buen Año) es la expresión utilizada para saludar con el deseo de un próspero año nuevo
El nuevo año judío tiene cuatro acepciones: Rosh Hashaná, que refiere al día de la creación; Iom Ha Din, que se basa en la idea teológica de que mujeres y varones son juzgados por sus acciones; Iom Ha Zikarón, que remite al recuerdo del propio ser y Iom Truá, que alude al despertar de la apatía para asumir las propias elecciones.
En la mesa no faltarán pan, vino, luz, la cabeza de pescado y la manzanas con miel, además de los knishes, falafel, bohíos de verdura, pleztalej con pastrón, entre otras comidas típicas
La luz de dos velas simbolizan la santidad de un tiempo alejado de la oscuridad; el vino, la alegría y las manzanas con miel aportan la dulzura para la vida, según explica la rabina Silvina Chemen, de la comunidad Bet-El.
El principal cumplimiento de Rosh Hashaná consiste en hacer sonar el shofar, el cuerno de carnero, que también representa el toque de la trompeta cuando un pueblo corona a su rey
El grito del shofar es también un llamado al arrepentimiento, porque Rosh Hashaná es también el aniversario del primer pecado del hombre y de su arrepentimiento por dicho pecado.
Con la llegada del nuevo año, comienza así también el primero de los diez días de arrepentimiento que culmina en Iom Kipur, el Día del Perdón.
Vaya entonces nuestro saludo y los mejores deseos de paz y felicidad para todos los que celebran el inicio de un nuevo año. Que lo hagan con la alegría que transmite la Orquesta Kef: por un año bueno y dulce.
Shana Tova Umetuká!