Pura vida

La mujer a los 50 y tantos: inventario y animarse a cosas nuevas

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Buscando en la web, encontré este hermoso poema que no pude confirmar a quién pertenece. Lo comparto entonces como anónimo.

Mujeres de cincuenta y tantos

Van por ahí, las encuentras en cualquier parte, cultas, viajadas, leídas, sensibles, atrevidas, con sus miedos bien guardados y sin posibilidad de olvido, pisando fuerte.

Vienen de vuelta de la vida, ya criaron hijos, regalaron alas y vuelven a desplegar las suyas guardadas tanto tiempo, listas para el vuelo, ya saben del amor incondicional y sus matices.

Ya saben de la vida, de su valor, se saben expertas, ya conocen los secretos de sus cuerpos, saben lo que quieren, cómo y cuando lo quieren.

Van por la vida con profundidad en la mirada, con el corazón repleto de amores y secretos, con versos tatuados en el alma, y seguridad al caminar

A ellas por favor, no les vendas imagen, no les mandes mensajes de texto, no les hagas promesas, no les mientas, están de vuelta a todo eso.

Ahora son libres a costa de la vida misma, no se dejan encadenar si no es su deseo, ya fueron capaces de dejar atrás sueños, viejas pretensiones, viejos reproches, y solo están dispuestas a lo posible si les apetece.

A ellas ofréceles un café con tiempo de sobra, hazles una llamada para que puedan oír tu voz, toma sus manos, siéntelas, muéstrate humano, imperfecto, auténtico, con ellas escucha y habla con el corazón.

Quizá descubras que la recompensa vale la pena.

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