Es sabido que los crímenes de genero tienen sustento en la cultura machista y discriminadora hacia la mujer que, destaquémoslo una vez más, viola la igualdad establecida en la Constitución Nacional, los Tratados Internacionales y las leyes.
Pocos días antes del 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Género, la Ciudad de Gualeguaychú acaba de anunciar la supresión del concurso de reina de belleza que todos los años se realizaba en el marco de los famosos festejos del Carnaval que allí se realizan.
En su lugar se premiará a hombres y mujeres valorados como cabales representantes de la cultura de esa sociedad.
La medida implica un claro avance en la dirección correcta y son especialmente destacables los fundamentos dados por el Secretario de Turismo, Gastón Irazusta.
El fin, dijo el funcionario, es un replanteo a nivel social “para contrarrestar tanta violencia física y simbólica contra la mujer que se traduce en los femicidios que vemos cada semana en la tapa de los diarios. Es nuestro granito de arena”.
Por cierto que no debe minimizarse esa contribución al cambio cultural pues, como bien expresan las autoridades de la ciudad entrerriana, los criterios de selección femenina basados en la belleza física “cosifican a la mujer en tanto objeto de consumo” y compete al Estado encabezar la modificación de esa tendencia.
La medida tiende a superar además “criterios de belleza ligados a la cultura occidental en detrimento de otras culturas” y que se pondere como algo deseable “la delgadez y la eterna juventud”.
Se resalta que así se afectan “las luchas por el respeto y por la igualdad de la mujer”.
En sentido concordante, la ciudad incluye en su sitio web la consigna Ni Una Menos.
Otras Ciudades han tomado medidas similares en el sentido de eliminar o reemplazar las elecciones fundadas en la estética que suelen ser la base de los concursos de belleza.
En un país donde sólo en lo que va de 2016 se registran 178 femicidios y las agresiones por razones de género siguen sin poder reducirse, apuntar a lo cultural profundo es esencial.
La sociedad debe asumir la necesidad de un compromiso permanente para erradicar todas las expresiones machistas que alimentan la violencia criminal de género. Por eso aplaudimos la decisión tomada en Gualeguaychú.
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