Es una de las especies más intocables del Globo, y tiene el dudoso honor de estar registrado en el Libro Guinness de los récords como el árbol más peligroso del mundo. El árbol manzanilla de la muerte es el árbol más mortífero porque puede llegar a matar a 20 personas con solamente uno de sus frutos.
“Todas las partes del árbol son extremadamente venenosas. La ingestión y la interacción con cualquier parte de este árbol puede ser letal”
Quien ande cerca se puede sentir atraído por lo brillante y verde de sus hojas y el agradable olor que desprenden sus frutos, que incluso tienen un dulzor muy apetecible. O tal vez por sus ramas plateadas, que se extienden sobre la arena como un perfecto banco natural. es importante conocerlo para no tocarlo.
No obstante, tras ese edén de colores, sabores y olores, se esconde un gran peligro que puede suponer un desenlace fatal. No hace falta ni tocarlo para sufrir sus efectos. Hasta el polen puede desencadenar una fuerte reacción
Su corteza, hojas, flores y frutas segregan una savia lechosa llena de forbol, tan corrosiva que se come cualquier tela ligera como el algodón y que quema la piel con tal solo rozarla. Las ampollas aparecen al instante y si el viento ha azotado en tu cara algo de esta savia, se hinchará terriblemente y hasta puedes perder la vista de forma temporal.
Tocarse los ojos estando cerca de este frondoso árbol o quemar su madera puede causar los mismos efectos. Guarecerse de la lluvia bajo la frondosidad de sus hojas también es muy mala idea, porque incluso estando diluido con agua, el veneno de la planta sigue siendo altamente tóxico.
Solamente algunos reptiles son capaces de vivir en estos árboles y alimentarse de sus frutos. Así que el árbol depende del mar para transportar sus semillas y reproducirse, igual que el cocotero.
Su elevada peligrosidad hace que en ocasiones se señalice la presencia del árbol para alertar a las personas que anden cerca
Aunque parezca invencible, el árbol está en peligro de extinción. Y no es una buena noticia para los indígenas que usan su savia tóxica para impregnar sus flechas y hacerlas más letales. Además, su madera, debidamente secada, se emplea para confeccionar muebles y vajillas.
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