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Via Crucis Submarino

Un sacerdote relata el “camino de la cruz” desde las profundidades del Océano Atlántico a través de un hidrófono.

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En Puerto Madryn, Chubut, lo que empezó como una actividad para incentivar el turismo se convirtió en símbolo de la Semana Santa. Desde 2001 miles de personas asisten cada Viernes Santo al Vía Crucis submarino, del que participa el padre Juan Gabriel Arias en compañía de un centenar de buzos profesionales que se sumergen en las aguas patagónicas, cuyas historias dan cuenta de una experiencia  única en el mundo.

Todo empezó cuando José María “Popey” Goity tuvo la idea de hacer algo distinto. Era subsecretario de Turismo de la ciudad, y pensó que un Vía Crucis bajo el agua sería una buena propuesta.

Ahora, años después, miles de fieles locales e internacionales llegan al lugar para participar del evento, que desde el año pasado se hizo “mixto”, es decir, empieza en tierra firme, pasa por el agua y termina otra vez en la superficie.

“La primera vez que lo hicimos éramos sesenta o setenta buzos, y tuvo mucha repercusión, nos llamaron de todas partes del mundo”

Este año contaron con la participación de cien buzos y más de cinco mil fieles. Y si bien al principio la aceptación de la Iglesia no fue total, la participación del padre Arias -sacerdote de una parroquia de Barracas- que hizo el curso de buceo para sumarse y contó con el apoyo del entonces cardenal Jorge Bergoglio, hizo que ganara aceptación.

“Francisco dice ‘hagan lío’, y eso es lo que estamos haciendo”, dice Goity, divertido

“Yo no sabía bucear, pero me animé. Pedí permiso a mi obispo, que era Jorge Bergoglio, y le encantó la idea de sacar a la Iglesia de la sacristía y mostrar la fe de otra manera”, recuerda el padre Arias.

Arias baja junto a los buzos que lo acompañan en una especie de cápsula metálica, desde donde les habla a los fieles que lo siguen desde afuera. Son tres estaciones bajo el agua, donde cargan una cruz de cuatro metros, a ocho metros de profundidad. Una vez que salen del agua, montan la cruz sobre el muelle.

Ricardo “Pinino” Orri participa del vía crucis desde el primer día. El estuvo a cargo de lograr las comunicaciones submarinas, ya que al principio toda la procesión se hacía bajo el agua. La primera vez, el padre Arias hablaba dentro de la cápsula, y ellos retransmitían todo por la radio de Madryn. Luego utilizaron un celular, que conectaban con una antena en la superficie.

“Fuimos probando cosas, cambiando la locación, los equipos, y ahora trabajamos con un casco de buceo con micrófono, y la feligresía acompaña desde el muelle”, cuenta. Lo que para muchos al principio fue una idea “loca”, para él fue un desafío. “Juntar la pasión del buceo con una actividad religiosa”, dice. Y agrega que la única forma de entenderlo es “vivirlo”.

“Es una movida muy fuerte. Creo que hay gente que no iría a un vía crucis tradicional, pero vienen a éste, es una manera nueva de transmitir el mensaje de Jesús”.

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