Pura vida

Un restaurante neoyorquino tiene sus mesas reservadas hasta el 2025

El sótano del chef Damon Baehrel es el lugar más codiciado de los foodies locales y de quienes llegan de todo el mundo

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Damon Baehrel es el único empleado de su propio restaurante. Él es chef, repostero, camarero, productor, sumiller, recolector, jardinero, quesero, carnicero, portero y lavaplatos en el sótano de su casa en Earlton, Nueva York.

Es sabido que en los sótanos en Estados Unidos la gente acumula bicicletas, juguetes y cosas en desuso. Pero no es el caso de este ingenioso multitask:

Damon Baehrel ha creado el restaurante más exclusivo del planeta con reservas cerradas hasta 2025

Una década de espera. Casi toda una vida y no acepta ya nuevas reservas.

La paranoia por conseguir una de las codiciadas mesas roza la obscenidad. Los 375 dólares por persona -bebidas y propina no incluidas- no son ningún obstáculo para los comensales de más de 50 países que vienen expresamente para saborear el menú degustación de 20 platos durante las 5 horas que dura el servicio.

En la actualidad, no hay ningún restaurante que genere tanta expectativa

The New Yorker habla del “resturante más exclusivo de América” gracias al perfecto equilibrio entre inaccesibilidad y secreto que ha multiplicado por mil el interés de expertos y aficionados.

Para llegar al restaurante hay que salir de Manhattan. Se ubica en una zona residencial de Earlton a unos pocos kilómetros en auto. Al llegar te recibe un arco de madera blanca con un jardín que enmarca la entrada de la casa particular de Baehrel.

Al acceder, los comensales entran de pleno en la vida privada y familiar del chef. Recibe a sus clientes en la puerta de entrada al sótano, como quien espera a un par de amigos para beber unas cervezas al lado de la barbacoa.

Damon Baehrel con un cliente

Cuando el comensal pasa la puerta acristalada de la entrada, Damon les muestra los ingredientes al natural que ha cosechado en su propio jardín que después formarán parte de una cocina autodidacta e intuitiva que no ha aprendido en ninguna escuela.

Damon se encarga de preparar de una manera artesanal todo lo que se presenta en el plato: verduras, frutas, harinas, vinagres, aceites, panes, salsas y hasta jugos de árboles. Algunos pueden ser sólo la sutileza de un bocado, otros pueden estar compuestos por más de veinte sabores diferentes.


Los privilegiados que narran su experiencia, dicen que no es comparable a ningún otro restaurante convencional. Incluyendo a los premiados por la Guía Michelin o la Revista Restaurant de los 50 mejores restaurantes del mundo.

Como es imposible conseguir mesa, no queremos ni imaginar las ofertas millonarias que habrá recibido de grandes inversores para trasladar su restaurante a una nueva ubicación.

Mientras no se rompa el encanto, Damon abre cada noche el sótano de su casa y recibe feliz a los nuevos comensales.

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