La vida de Margarita Ceballos, el personaje central de “La reina del hielo seco” -la nueva novela de Marina Macome-, está en caída libre. Acaba de cumplir los 40 y vive con su padre, un hombre de 80 años fatalista que acumula latas de conserva sin sentido, está de novia hace ya bastante tiempo con un tipo que se niega a presentarle a las hijas por miedo a infligirles “secuelas psicológicas”, y su trabajo en una concesionaria de autos donde se la pasa plumereando coches y comprándole espirulina a un jefe que se resiste a la calvicie tampoco la satisface demasiado. Hasta que todo cambia una mañana de verano cuando se cruza con una perra pastor alemán a horas de ser sacrificada.
Marina Macome, autora también de “Los enredos de la Señorita Pacman”, entrega una nueva historia cargada de humor, malos entendidos, situaciones desopilantes y relaciones muy reales, una verdadera comedia romántica de una chica que bien podría ser nuestra propia vecina del edificio.
La autora nació en 1975, es licenciada en Ciencias Políticas, colaboró en medios como La Nación y Página 12 y publicó notas en The Independent, El Mercurio y El país de Uruguay. “La reina del hielo” es su segunda novela, que se podría enmarcar en un género que sigue sumando cada vez más seguidoras: la comedia romántica, un género literario que también tiene sus propias reglas y fórmulas para atrapar al lector y dejarlo sin aliento hasta el final.
Para Buena Vibra, Marina enumera 10 consejos para que todas se animen a escribir su propia novela de chicas:
1- Está bueno sentirse cómoda al inventar historias y delinear personajes. Cuando una escribe de un mundo demasiado ajeno al propio se nota el esfuerzo.
2- Si se te ocurren ideas lo mejor es dejarlas escritas en el momento. No importa la hora ni lo que estés haciendo. Si dejás pasar una idea, es probable que luego no recuerdes aquellos flashes.
3- Que el personaje central, o sea “Ella”, sea siempre orgullosa garpa, puede llegar a ser útil en la historia, pero cuidado con el “dosaje” porque la histeria cansa.
4- Un recurso efectivo es lograr que la tensión amorosa entre los protagonistas no decaiga en toda la novela y que hasta último momento el lector no de nada por sentado de lo que puede llegar a suceder entre ellos. ¿Ejemplos? Jacques Audiard con “Lee mis labios” y “Hueso y metal”, Jane Austen con “Orgullo y Prejuicio” y por qué no “Don Onur” y “Sherazade”.
5- Con miraditas y peleas a veces no alcanza para una novela. Una buena trama resulta siempre necesaria.
6- Nunca desestimar el cliché de la protagonista un poco loser pero “fogoneada” por los siempre omnipresentes mandatos sociales: jefes tiranos, amantes ricos copetudos, padres demandantes, amigas con todos los “casilleros” llenos, todo es lícito a la hora de buscar empatía con el lector.
7- Tener una rutina de escritura, dentro de lo posible, y el resto del día pensar en la historia, hasta convertirnos en una antena sin horarios para la novela en marcha.
8- Si la rutina de escritura es larga, anotarse en un gimnasio. La protagonista será muy espléndida y se verá involucrada en las historias más increíbles mientras que una pasa horas frente a la computadora tragando galletitas con los anteojos de lectura empañados.
9- Evitar los narcisismos y las inseguridades. A nadie le importa cuánto sabés de historia universal ni lo mucho que leíste si vas a escribir un bodrio.
10- No hay formulitas ni decálogos que valgan si no se logra secuestrar momentáneamente al lector, deseoso por llegar al final pero a la vez angustiado porque la historia se acaba.
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