Para los amantes del fitness no importan las estaciones del año, ni el clima. Difícilmente algo frene sus ganas de entrenar y ponerse en movimiento. Pero para cuidar la salud y potenciar los beneficios de la actividad hay que tener en cuenta la temperatura, y el secreto es llevar un vestuario adecuado. Es decir, no se debe pasar ni frío ni calor, ya que muchas veces nos abrigamos en exceso y transpiramos, provocando enfriamientos y resfríos.
Las prendas deportivas usadas en invierno deben cumplir tres requisitos: proteger del frío, de la humedad y de las caídas.
1) La capa “segunda piel”: Está en contacto directo con el cuerpo, y su objetivo es evacuar la transpiración y secar rápidamente. Para poder absorber la humedad, la camiseta interior debe quedar ajustada y sobre todo no ser demasiado ancha. Puede ser de manga corta o larga, con cuello tipo polera. Y, para la ropa, interior lo mejor es de algodón bien ajustada.
2) La capa aislante: Está pensada para conservar una capa de aire caliente alrededor del cuerpo para que sirva de aislante, y es más o menos gruesa en función de las temperaturas. Puede ser de lana, de polar o de soft shell, pero siempre hay que llevarla.
3) La capa protectora: Deberá ser impermeable, para que no pueda entrar el agua, y además transpirable, pero que no te haga sudar en exceso. Además hará también de corta vientos. Es muy aconsejable elegir una campera o buzo con capucha, que aportará más protección contra el frío, el viento y/o la nieve.
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