La noticia es tendencia en todo el mundo. Twitter comunicó a sus empleados que cierra sus oficinas temporalmente y con efecto inmediato. Según un mensaje interno, la compañía -que es flamante propiedad de Elon Musk- avisó que las oficinas volverían a abrir el lunes 21 de noviembre, sin dar explicaciones de qué razones justificaron esa decisión.
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El anuncio se produce después de que un alto número empleados decidiera abandonar la compañía antes las amenazas del magnate. Musk avisó que despedirá a quienes no trabajen “largas horas a alta intensidad”.
Musk dijo estar decidido a imponer en Twitter la dura cultura de trabajo del resto de sus empresas, entre ellas Tesla y SpaceX.
Según la CNN, Twitter habría tomado la drástica decisión de cerrar sus oficinas por el temor a que algunos trabajadores “pudieran sabotear la red social”. Por ello, la compañía también ha cerrado el acceso a los trabajadores a las herramientas de comunicación interna y a los equipos de la empresa en manos de los mismos, lo mismo que hizo el día previo a anunciar que despedía a la mitad de la plantilla.
— Elon Musk (@elonmusk) November 18, 2022
El éxodo de los empleados se produjo antes de la fecha límite que Musk había fijado para que estos suscribieran su conformidad a las condiciones de trabajo. En un correo electrónico a la plantilla, el nuevo propietario de Twitter dijo a los trabajadores que debían comprometerse con una cultura de trabajo “extremadamente duro” y que aquellos que no se inscribieran antes del jueves 17 de noviembre recibirían tres meses de indemnización por despido.
Muchos empleados han estado tuiteando usando el hashtag #loveWherYouWorked y un emoji de saludo para mostrar que estaban dejando la empresa. “Creo que cuando el polvo se despeje hoy, probablemente queden menos de 2.000 personas en Twitter”, confió un ex trabajador a la BBC.
“La gente no quiere sacrificar su salud mental y su vida familiar para hacer más rico al hombre más rico del mundo”, confió un empleado que decidió dejar la empresa.
La salida de más trabajadores eleva la incertidumbre sobre el futuro de la plataforma, en manos de Musk, tras pagar por ella 44.000 millones de dólares. El temor a que la red social colapse crece, ya que no existe un número suficiente de ingenieros al frente de algunos de los sistemas críticos, que podría provocar que la plataforma deje de funcionar.
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Elon Musk usó Twitter para fijar posición en las últimas horas: “la mejor gente se está quedando, así que no estoy súper preocupado”.
Pese a estas palabras, The New York Times informó que Musk y sus asesores están reuniéndose con algunos de estos empleados tratando de evitar que se marchen, al considerar su trabajo clave para el funcionamiento de la compañía.
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