La Carta Natal es una instantánea del cielo en el momento exacto en el que nacimos. Es un gráfico circular en el que se refleja dónde estaban el sol, la luna y los planetas en conexión con el horizonte del lugar en el que llegamos al mundo.
Esta orientación de los astros influye, condiciona y determina diferentes aspectos de lo que es nuestra vida personal y social. Entonces, sirve para conocernos y para conocer a los demás ya que es la configuración astral con la que nacimos y marca nuestra personalidad, potencialidades y los talentos innatos que nos acompañarán en nuestra vida. Es, en definitiva, una gran herramienta de evolución y autoconocimiento.
Qué es una Carta Natal
Según los astrólogos, tenemos tres signos con respecto a la ubicación astral. El solar, que se define por la posición del astro rey, es el que habitualmente conocemos como “nuestro signo” y define nuestra esencia profunda; el ascendente (que se define por la hora del nacimiento) que determina nuestra personalidad social, el temperamento y la manera en que dejamos que el mundo nos vea; y el lunar, que describe nuestras emociones, sensibilidades y cómo nos vinculamos con los otros.
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La Carta Natal es un círculo (el famoso Zodiaco) que se divide en los doce signos que conocemos. Con los datos exactos del momento y el lugar en que nacimos, ésta se vuelve a separar en doce sectores llamados “Casas”: cada una corresponde a diferentes aspectos de la vida y su significado se modificará en relación a los planetas y los signos que las ocupen.
Siempre analizada por expertos, la interpretación de este “mapa de vida” se basa en el estudio de las tres diferentes combinaciones: planeta-signo, planeta-planeta y planeta-casa.
La Carta es, en definitiva, una gran herramienta de evolución y autoconocimiento
Las casas y los planetas en la Carta Natal
La casa I representa la personalidad; la casa II, los recursos, los bienes y la situación económica en general; la casa III se vincula con los aspectos intelectuales y la comunicación; y la casa IV es la familia.
El amor y los vínculos se representan en la casa V; la salud, en la VI; y el matrimonio y las relaciones sociales en la VII. La casa VIII habla de las crisis que se soportarán en la vida; la IX, del extranjero, los viajes y la educación; la X, del éxito y la profesión; y la XI, del entorno social y los amigos.
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De acuerdo a los planetas y los astros que se vinculen con estas casas, podremos conocer qué nos depara el destino. Venus, por ejemplo, representa la armonía y la energía sexual, es el planeta que define cómo será la manera de vincularnos, en especial, en pareja. Marte, el luchador, indica el dinamismo, la magnificencia y la destrucción. Saturno, el maestro celestial, representa la estabilidad y la disciplina, y Júpiter, el Dios de la grandeza, nos habla de la voluntad. Urano, el Dios de la ciencia, representa los cambios, lo inesperado y el progreso. El caos y el desorden están representados por Neptuno, y las grandes transformaciones y la elevación espiritual, por Plutón. Mercurio, el mensajero de los dioses, refleja la capacidad intelectual, el gusto por los viajes, la comunicación y el poder de la palabra.
Tenemos entonces los signos, los astros y planetas, y las casas. Están presentes en todas las Cartas, por lo cual, inevitablemente, forman parte de nuestra personalidad. Lo que nos hace diferentes es cómo cada uno de ellos se posiciona de manera diferente y se manifiesta en cada una de los distintos aspectos de nuestra vida.
Por Patricia Kesselman, astróloga.
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