Cientos de millones de personas toman todos los días café y/o té para tener un mejor desempeño laboral o simplemente por placer. Estas dos bebidas se han vuelto claves en nuestra conformación de la realidad, y hay estudios que dicen que tienen verdaderas influencias en nuestra percepción del mundo. De hecho, las diferencias entre Oriente y Occidente son notables.
Según un mapa interactivo publicado por la revista británica The Economist, el café predomina claramente en el continente americano y en Europa continental, mientras que la mayor parte de Asia y las naciones de la antigua URSS se inclinan por el té.
Como señala el geógrafo de la Universidad de Stanford Martin Lewis en su blog GeoCurrents, la geografía de las bebidas calientes ha cambiado notablemente a lo largo de los siglos. Lugares vez otrora famosos por el café (como Turquía) ahora prefieren té u otros estimulantes.
Algunas personas y algunos países son más de té que de café y viceversa. Como podemos ver en este mapa, Oriente se inclina más por el té, una bebida quizás más sutil y con mayor variedad; en Occidente, quizás ligado a la competencia del capitalismo, se prefiere generalmente el café, salvo algunas excepciones, como el mate en Argentina y una predilección por el té en Inglaterra que se ha vuelto una tradición que parece haberse diseminado en algunos países estrech,amente ligados al imperio británico como Australia, que tiene fuerte influencia occidental a nivel cultural.
Sin duda, las dos bebidas tienen una gran tradición e incluso cierta mística, como ocurre con la ceremonia zen del té. Sin embargo, el café en los últimos años parece estar ganando terreno, en una revolución impulsada por cadenas como Starbucks.