Leyendo el portal Guía Infantil, encontré una nota que se titulaba: “cosas que pasan cuando los niños crecen con los primos”. Y me emocionó. Hemos leído mucho sobre la relación de los niños con los hermanos y también con amigos, pero hay menos escrito sobre la maravillosa relación que se crea cuando se tiene la suerte de “crecer con los primos”, de atravesar la infancia con esa nutritiva red de afectos que tanto bien hacen y que dejan huella para siempre.
Como sé de qué se trata esto, ya que tuve la inmensa suerte de crecer con mis primos y estar juntos cada día de nuestra infancia, esta nota trajo a mi memoria hermosos recuerdos.
Los primos son, junto con los hermanos, nuestros primeros compañeros de juego y los primeros amigos
Dejan su huella en los cumpleaños, en las fiestas de fin de año, en las vacaciones y en tantos otros acontecimientos importantes de nuestra vida, algo que teje una red de amor natural que vive para siempre y que parecería confirmar esa frase que dice: “la sangre tira” o “la sangre llama”.
La vida o la distancia a veces nos separa ya en la vida adulta, pero queda sin duda guardado cual tesoro cálido al cual volver, ese amor incondicional nacido en un importante momento de nuestras vidas.
Los primos, los primeros amores
Son nuestros primeros amigos, con quienes aprendemos a desarrollar nuestra sociabilidad, nuestros lazos más allá de hermanos y padres.
* Forman parte de los recuerdos de infancia, se instalan en la memoria y el corazón y quedan para siempre entre nosotros.
* Los juegos, las aventuras, travesuras o secretos compartidos con los primos hacen de esa parcela de la infancia algo inolvidable.
* Los niños aprenden numerosos valores con sus primos: compartir, ser solidarios, perdonar.
* La relación con los primos ayuda a desarrollar habilidades motrices, ya que en general son de diferentes edades y, cuando juegan lo hacen, de manera combinada, de tal manera que los pequeños aprenden de los grandes a moverse, correr, saltar y desplazarse de un lugar a otro.
* Los primos ayudan al niño a entrenarse en el arte de la negociación y, sobre todo, a resolver conflictos.
* Ayudan a enriquecer el vocabulario, ya que a pesar de ser de la misma sangre, cada uno pertenece a una familia diferente por lo que tendrán vocabulario o formas de usar las palabras distintas.
* Si los padres ayudamos a establecer un vínculo entre primos, tendrán una relación para toda la vida.
* En reuniones familiares, son los mejores compañeros y evitan que el niño quede apartado en un rincón mientras los adultos hablan.
* Es muy posible que sean los primeros “mejores amigos” y siempre permanezcan en sus pensamientos.
* Aunque los niños tengan varios primos, suelen establecer una relación más cercana y de confianza con uno de ellos, incluso puede ser con el que más peleas tengan, pero las riñas son directamente proporcionales al cariño que sienten entre ellos.
Crecer con los primos enseña a valorar la amistad, a ensayar nuestras primeras negociaciones y resolver los primeros conflictos
* Comparten risas, bromas y gracias, que posiblemente nadie más entienda. Es usual verlos muertos de la risa por cosas que sólo ellos alcanzan a comprender.
A medida que van creciendo, los niños se apoyan en sus proyectos, ideas y travesuras, y van más allá de la familia, desarrollando lealtad y amor hacia otros. En ese viaje, los primos ocupan un refugio de amor, un rincón cálido al cual volver y disfrutar de esa hermandad que nos acompaña para toda la vida.
A todos mis primos, GRACIAS.
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