Las mascotas se han convertido en un miembro más de muchas familias. Es más: es un “regalo” que los chicos piden y que muchos padres deciden sumar al hogar en tiempos de crianza. Y son también grandes compañeros de mujeres y hombres solos o parejas sin hijos.
Pero ser “familia petfriendly” es una decisión que conviene pensar bien, ya que incorporar animales de compañía a la vida familiar supone responsabilidades y tiempos que dedicar todos los días. Y también es un esfuerzo económico.
- Buscá un animal que sea compatible con la personalidad de cada familia, teniendo en cuenta los hábitos de vida (salidas, vacaciones, horarios de trabajo, actividades fuera del hogar, etc.). Si hay niños, analizá cuáles son las razas ideales para los chicos. También, cuáles son peligrosas. También tené en cuenta que existen ciertas razas en ambas especies que son más inquietas y demandantes y, otras, más tranquilas.
- Evaluá el tiempo que podrás compartir con tu mascota, e incluso pensá qué harás con ella cuando viajes o estés de vacaciones.
- Analizá cuál es el espacio disponible en tu hogar para integrarla. Si es extenso se puede considerar tener perros de razas más grandes. Si vivís en un lugar chico pensá en un gato o en un perro más pequeño.
- Considerá la expectativa de vida de cada raza, en líneas generales las razas pequeñas y medianas viven más tiempo que las grandes.
- Estimá los costos que puede generar una mascota: veterinaria, alimento, elementos para la higiene, etc.
- No te olvides que los perros necesitan salir e “ir al baño” si vivís en casa o departamento. ¿Tenés tiempo y ganas de hacer ese esfuerzo?
- Prepará y educá a los niños de la casa para que sean respetuosos con los animales.
- Sabé que vas a tener que tener paciencia durante el período de aprendizaje. Que el animal incorpore hábitos lleva tiempo.
- Preparate para darle mucho amor y tiempo para juegos y paseos.