Mientras en Reino Unido el Gobierno acaba de crear una Secretaría de Estado contra la Soledad, en Betanzos, ciudad y municipio español de la provincia de La Coruña, en la comunidad autónoma de Galicia, se ha habilitado el convento de San Francisco de Betanzos, que estaba abandonado desde que hace un par de años franquearon la puerta las últimas monjas residentes, para crear una familia con personas “que estén o se sientan solas”.
“Familia Aberta”, tal como se llama ahora este lugar, no es un centro benéfico. Está concebido como un espacio solidario, que se gestiona y se sostiene con la colaboración y la aportación de todos los usuarios. De este modo se consigue un coste mínimo y una contribución económica asequible para sufragar los gastos ordinarios de la vida en común: alimentación, limpieza, energía, calefacción y pequeñas reparaciones.
Si bien el de la soledad en nuestros tiempos es un mal que afecta a una enorme cantidad de países, en España han decidido poner manos a la obra para solucionarlo
Es que en ese país viven solas cerca de 4,5 millones de personas, según los datos que manejan los promotores de Familia Aberta, una cifra que se incrementa año a año. Según el estudio La soledad en España (2015), de Juan Díez y María Morenos, más del 70% de las almas que habitan estos hogares sufren soledad, un mal que afecta igualmente a más de la mitad de quienes tienen compañía en sus casas.
Según explica la trabajadora social Antía Leira al periódico español El País, el proyecto ha echado a andar en Betanzos con nueve mujeres y afrontando dificultades para superar “el estigma de la soledad, la vergüenza”.
“A quienes la sufren les cuesta reconocer la situación e incluso identificarla, porque muchas veces conviven con alguien”, apunta Leira. “Es una necesidad oculta: todo el mundo admite el problema y las noticias de ancianos que mueren sin que nadie se entere se multiplican, pero dar el paso para combatirla cuesta”.
Los colaboradores del proyecto se han lanzado desde hace seis meses a una campaña de divulgación puerta a puerta, recorriendo incluso lugares de Betanzos frecuentados por personas solitarias y contactando con los servicios sociales de los Ayuntamientos de la comarca.
El Fray franciscano Enrique Roberto Lista, uno de los impulsores de este proyecto, lleva años implicado en la atención de albergues para ciudadanos sin techo y centros de atención a toxicómanos. De hecho, la idea de Familia Aberta le saltó a la cabeza tras colaborar en Italia con un programa que intentaba desenganchar a drogodependientes formando con ellos “familias” que les aliviasen su angustia vital.