La alimentación del bebe cumple un rol fundamental a la hora de estimular su potencial y su singularidad desde el primer día de vida. Además, es de suma importancia para lograr un crecimiento sano y fuerte.
La capacidad de un bebe para explorar sus juguetes, bailar al compás de la música, reconocer la voz de su mamá y saludar con una mano depende no sólo de los estímulos recibidos durante sus primeros años sino, también, de la alimentación recibida. Aprender, moverse, comunicarse y expresar sus sentimientos –habilidades que van cambiando en cada etapa de la vida– hacen a su desarrollo mental, base para aprovechar todo su potencial genético y para generar sus propios recursos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda alimentar a los bebes con leche materna exclusivamente durante los primeros seis meses de vida para asegurar su crecimiento, desarrollo y salud. Luego, continuarla por el mayor tiempo posible después de la introducción de alimentos complementarios a la dieta del niño.
La leche materna contiene, entre otros nutrientes, DHA y ARA, ácidos grasos esenciales que ayudan a las neuronas a crecer en conexiones, estimulan el desarrollo cognitivo y visual y refuerzan el sistema inmunológico del bebe, a la vez que establecen las bases para las habilidades y capacidades futuras del bebe.
Como pediatras, siempre estamos a favor de la lactancia materna, donde sabemos sus innumerables beneficios. Si la mamá por algún motivo no puede amamantar, es fundamental elegir bien la leche de su fórmula (que trata de copiar a la leche materna), consultando con el pediatra. La leche de vaca no es adecuada para los bebes en sus primeras etapas.
La estimulación al bebe es fundamentalmente algo natural, que sale de tu corazón y que no es programada; es tirarte el piso con un cucharón y una cacerola y armar una banda de música.
Muchas madres nos piden ideas para jugar con sus hijos o actividades. Algunos ejemplos son:
- Para un bebe recién nacido: se puede colgar un móvil con formas simples y de colores sobre la cuna para estimular su desarrollo cognitivo mientras aprende a enfocar la vista.
- De 2 a 3 meses: hablarle y señalarle objetos familiares para ayudarlo a entender asociaciones y, así, estimular su capacidad de comunicación.
- De 4 a 5 meses: poner al bebé frente al espejo contribuye con su desarrollo social, ya que está en una etapa en que se interesa por las caras y por ver a otros niños.
- Para un bebe de 6 meses: para que aprenda a sentarse, se debe ubicar al bebé en la esquina interior de un sillón.
- De 7 a 8 meses: para contribuir con su desarrollo motriz nada mejor que juguetes con palancas, botones y manijas.
- De 9 a 10 meses: en pos de su desarrollo social, hay que enseñarle a mover la mano para decir “chau”.
- De 11 a 12 meses: para que pueda ejercitar sus habilidades motrices es bueno reacomodar los muebles para que pueda moverse sosteniéndose en ellos.
- Durante el año: estimular el desarrollo cognitivo mediante la lectura de libros. El niño será capaz de señalar imágenes y saber de qué tratan.
- Durante los 2 años: responder a todas sus preguntas contribuye con sus habilidades de comunicación e inteligencia.
- Durante los 3 años: cuando el chico juega con otros niños, sin alterar la continuidad de la actividad, se puede guiar su desarrollo social con intervenciones como ser: “Es el turno de tu amigo”.
Cada bebé es único, pero las etapas de desarrollo probablemente sigan un patrón relativamente predecible. Pero también es normal que alcance ciertos logros antes o después que otros bebes, incluso si son hermanos. No hay que desesperarse ni alarmase, por eso siempre se recomienda realizar los controles anuales con el pediatra de cabecera de manera tal de asegurarnos un seguimiento del crecimiento sano de los chicos. Y jamás te olvides que lo que más necesita es todo tu amor.
Por el Dr. Diego Montes de Oca, Pediatra.
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