El bullying o acoso escolar es, según la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association), una forma de intimidación, un comportamiento agresivo en el que alguien intencionalmente y repetidamente causa a otra persona lesiones o molestias. Aclara también la APA que la intimidación puede tomar la forma de contacto físico, palabras o acciones más sutiles.
El individuo acosado normalmente tiene problemas para defenderse y además no ha hecho nada para “causar” la intimidación.
Las consecuencias del bullying para la víctima pueden llegar a extremos trágicos, como quitarse la vida o tomar venganza contra aquellos a quienes responsabiliza de los ataques.
Buscando prevenir y enfrentar el bullying en los colegios, en Finlandia se gestó un programa al que denominaron KiVa que se llevó adelante con el apoyo del Ministerio de Cultura y Educación de ese país. Los resultados arrojados hasta ahora son muy positivos, tanto en el país de origen, como en aquellos que lo implementaron posteriormente.
KiVa es un programa anti-intimidación basada en la investigación que se ha desarrollado en la Universidad de Turku, Finlandia y su eficacia se basa sobre todo en el cambio de actitudes y actuación de los “by-standers” (los alumnos que no son ni víctimas ni bullies) que están en contra del acoso y apoyan o sienten empatía por la víctima, en lugar de fomentar el acoso.
Lo más importante para enfrentarse al problema serio del bullying es la toma de acciones concretas en este sentido, para lo cual es fundamental el peso central de los pares que presencian las situaciones de abuso.
Cada centro educacional que adopta este sistema cuenta con un equipo de maestros que actúan cuando se denuncia un caso de acoso. De todas formas, son todos los docentes de la escuela los que están atentos a posibles conflictos y avisan al equipo KiVa para que se haga cargo.
Según explican en su sitio web los desarrolladores del programa “La intimidación es un fenómeno de grupo. Por lo tanto, el objetivo principal del programa es prevenir la intimidación antes de que suceda, influyendo en las normas del grupo y motivando a todos los chicos a comportarse de una manera constructiva, a asumir la responsabilidad de no fomentar la intimidación, y para apoyar a los compañeros vulnerables.”
Además de ser preventiva, KiVa también es interventiva mediante directrices claras para hacer frente a la intimidación cuando tiene lugar.
La eficacia de KiVa se ha demostrado en un ensayo controlado aleatorio grande. En Finlandia, KiVa es codiciado: el 90% de todas las escuelas de enseñanza general en el país están registradas para llevar adelante el programa.
Los distinos tipos de acoso escolar van desde la constante humillación y las amenazas, por ejemplo quitar el dinero o golpearlo más tarde, hasta directamente el acoso físico pasando por el aislamiento, el acoso gestual e inclusive la nueva modalidad del e-bullying que se da a través del uso de la web, ya sea enviando mensajes intimidatorios, haciendo circular rumores o información que avergüence al niño por las redes sociales.
KiVa, buscando capacitar a todos los actores presentes en la vida escolar, cuenta con una gran variedad de material informativo para padres, docentes y auxiliares de las escuelas. La idea es generar conciencia sobre los graves problemas sociales que esta modalidad escolar conlleva para lo cual se propone educar acerca de los efectos que posee la intimidación, así como las distintas formas de prevenirlo.
El programa incluye material virtual, como por ejemplo un juego de computadora, en el que los participantes deben ir ensayando distintas respuestas adaptativas que luego deberán poner en práctica en las interacciones reales del colegio.
Dentro de las instituciones educativas, hay personal que posee chalecos con el logo del programa, cuya finalidad es mostrar su presencia en los diferentes espacios educativos, además de estar atentos a cualquier conflicto.
El programa KiVa busca socios colaboradores que deseen poner en marcha el programa anti acoso escolar en sus regiones o países. Ser colaborador garantiza el derecho a comercializar, distribuir los productos y la metodología y usar el conocimiento del programa. Para ello sólo es necesario firmar un acuerdo de licencia con la Universidad de Turku.
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