Cuando nos vemos involucrados en una discusión de pareja, muchas veces sucede que llega un momento en que nadie se escucha y cada uno busca imponer su punto de vista. Las palabras y el tono escala y nada se soluciona. Te contamos cómo terminar una discusión de pareja en pocos minutos con el método 5-5-5.
“Los desacuerdos son completamente normales, porque cada parte negocia dentro de una relación lo que espera de ella. Pero hay que encontrar maneras de terminar una discusión de pareja encontrando un punto de encuentro donde ambos se escuchen”, explica Lucy Beresford, psicoterapeuta y experta en relaciones.
Ese punto de encuentro no es fácil de alcanzar, pero es un entrenamiento que podemos empezar para aumentar el bienestar de la relación. En su libro “La belleza del conflicto para parejas”, Susan Clarke y CrisMarie Campbell, destacan el valor y los méritos del método 5-5-5 para resolver una discusión de pareja. Se trata de argumentar de la manera correcta con el objetivo de construir y, no, de ganar.
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El método 5-5-5 es una herramienta basada en la escucha activa. Se trata de organizar los argumentos en tres secuencias, algo que puede ayudar a salir del momento y solucionar los conflictos.
El método adoptado por las dos autoras es relativamente simple. Consiste en permitir que uno de los miembros de la pareja utilice cinco minutos para decir lo que tiene en su corazón, lo que quiere y lo que puede reprochar, mientras el otro escucha.
Los próximos cinco minutos permitirán que el otro compañero hable. Por último, los cinco minutos restantes se dedicarán a tener un diálogo entre los dos.
Campbell explicó que esta técnica requiere solo quince minutos para que ambos tengan la oportunidad de decir lo que sienten, y luego discutirlo “sin que el conflicto se convierta en una espiral incontrolable. Es importante que siga siendo un 5-5-5, no un 5-5-45”.
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Para implementar bien esta técnica, es importante no interrumpir a la pareja. “A menudo, cuando no dejamos terminar a nuestra pareja, es porque él o ella dice algo que nos hace sentir incómodos”, señala Susan Clarke.
Hay que luchar contra la propia incomodidad y permitir que la pareja diga lo que tiene que decir
Las dos autoras aconsejan comenzar con un 3-3-3, más rápido, si la pareja está más cómoda. Por otro lado, recomiendan usar el “yo” en lugar del “vos” y el “nosotros”. “No se trata de no hablar de la otra persona, se trata de expresar desde una interpretación personal en lugar de una verdad absoluta”, resalta Campbell.
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El conflicto es una parte saludable de una relación, pero muchas personas sienten que estar en desacuerdo significa que la relación no está funcionando. No es cierto, dice Clarke. El conflicto en realidad significa que todavía hay pasión en la relación, dice ella.
De hecho, si no tienes ningún conflicto, asegura, puede ser una indicación de que te has vuelto indiferente, o que una pareja se ha rendido por completo ante la otra.
Hay momentos en que las crisis de pareja parecen un laberinto sin solución. Discusiones sin fin que se repiten y que, lejos de aclarar, solo conducen a más sufrimiento, prejuicios, malentendidos y una interminable lista de reproches que impide que se escuchen el uno al otro. Cuando se llega a la conclusión de que con los recursos propios no basta, es el momento de pedir ayuda.
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