Criar un hijo es todo un desafío para el que nadie está cien por ciento preparado, pero que la mayoría afronta como el reto más enriquecedor de sus vidas. Es un camino, un aprendizaje, un objetivo que nos hace transitar la vida con amor, generosidad y entrega. Conocé algunas claves de la paternidad y la maternidad responsable y disfrutá la aventura de criar.
Hay padres que no saben estar presentes. Hay madres tóxicas, padres maravillosos que crían a sus hijos en soledad y mamás extraordinarias que dejan huellas imborrables en el corazón de sus niños. Nadie nació sabiendo y todos cometemos errores, y tanto hombres como mujeres podemos aprender y apuntalar todo el tiempo nuestra mejor versión a la hora acompañar y sostener la crianza.
Podés leer: 10 cosas que padres y madres no deberían hacer (pero hacen)
Emma Watson dijo en su discurso en la ONU: “Hombres y mujeres deben sentirse libres de ser fuertes. Es hora de que veamos a los géneros como un conjunto, no como un juego de polos opuestos. Debemos parar de desafiarnos los unos a los otros”
La buena paternidad y la buena maternidad no sabe de sexos, sino de personas. Aún más, cada pareja es muy consciente de sus propias necesidades y llevará a cabo las tareas de crianza y atención en base a sus características. Es decir, son sus propios miembros quienes establecen el reparto y las responsabilidades del hogar en base a la disponibilidad.
El llegar a acuerdos, el ser cómplices uno del otro y el tener claro que el cuidado de los hijos es responsabilidad mutua y no exclusividad de uno solo, creará esa armonía favorecedora en la que el niño crecerá en felicidad teniendo ante todo un buen ejemplo.
Además podés leer: Método Marie Kondo para ordenar la vida y los vínculos
Asimismo, y más allá de los grandes esfuerzos que cada familia lleva a cabo en el seno de su propio hogar, es necesario que también la sociedad sea sensible a ese tipo de lenguaje que alimenta las etiquetas sexistas.
Las mamás que continúan con su carrera profesional y que luchan por tener una posición en la sociedad no son “malas madres” ni descuidan a sus hijos si los adultos cuidan que sus funciones de amor, nutrición y cuidado estén cubiertas.
Los papás que dan la mamadera, que buscan remedios para los cólicos de sus bebés, que van a comprar pañales, o bañan cada noche a los niños no están ayudando: ejercen su paternidad. Revisar y cambiar algunos hábitos culturales redundará en hijos más ricos y más sabios, capaces que desafiar los límites que las generaciones anteriores no supimos derribar.
Podés leer: Crianza con apego: porque te quiero te toco, te abrazo, te mimo
Si te interesó esta nota, podés leer un poco más sobre familia y crianza:
- Conflictos familiares en cuarentena: quiero ver a mi novio/a en el top 5
- Los sí y los no de las familias en cuarentena: claves para disfrutar el modo casa
- Cómo deberían los padres hablar de sexo con sus hijos
- Prefiero que mi hijo tome en casa: el riesgo de las previas en hogares liberados
- Adolescentes en la cornisa: qué responder al “todos van” y “todos toman”
- Cómo hablar con hijos adolescentes: consejos para madres