Decimos tantas veces en el día, “no tengo tiempo”, que termina transformándose en verdadero por ser tan repetido. Debemos convencernos que no existe la falta de tiempo. Quien repite tantas veces “no tengo tiempo”, termina utilizándolo en contra de sí mismo.
La frase “no tengo tiempo”, puede ser una excusa para no hacer, no actuar, no decidir, no elegir, no soñar
¿Falta de tiempo o falta de interés?
La mayoría de las veces, lo que verdaderamente sucede es falta de interés: cuando la gente realmente quiere, la madrugada se vuelve día, martes se vuelve sábado y un momento se vuelve oportunidad.
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Trabajemos entonces sobre nuestro lenguaje y también modifiquemos actitudes que nos “roban” ese tiempo tan preciado.
La coach Alejandra Navarro dice en su blog que el tiempo avanza de manera inexorable y que no hay nada que podamos hacer para modificar su curso. Imposible lograr que se desarrolle más lento o más rápido, o pretender guardar un poco para el futuro.
“No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho” Séneca
Cómo gestionar bien el tiempo
Para una buena gestión del tiempo hay que tener en cuenta estas Reglas:
- Existe un mejor rendimiento de una persona sobre las primeras horas del día hasta más o menos las 6 horas de trabajo continuado, a partir de las 6 horas el trabajo no rendirá.
- El tiempo que se necesita para realizar una actividad es mayor cuando se interrumpe dicha actividad y se vuelve a reanudar.
- Todas las tareas necesitan más tiempo para realizarse de lo que en un principio se había pensado.
- Es necesario realizar un seguimiento de la gestión del tiempo de uno mismo.
Lo que puede provocar una mala gestión del tiempo es:
- La dispersión, empezar por varias tareas y no terminar ninguna.
- La dilación: dejar para mañana lo que se podría haber hecho hoy.
Mala gestión del tiempo
Esto puede traer algunas consecuencias a nivel personal como:
- Pérdida de libertad personal: una persona puede llegar a ser esclava de su tiempo.
- Anulación de la capacidad de reflexión: cuando se tiene mucha prisa no se tiene tiempo para pensar si lo que se está haciendo está bien o mal, lo que nos lleva a cometer errores.
- Disminuye la productividad: los resultados empeoran, la mala gestión del tiempo es indicador de pérdidas.
- La vida familiar y el entorno social se ven perturbados: toda acción tiene su reacción. La mala organización por “falta de tiempo” puede suponer un efecto dominó en otras personas.
Diferenciar lo Urgente de lo Importante
- Las cosas urgentes son por lo general muy visibles, nos presionan y reclaman acción. A menudo complacen a otros, por lo general las tenemos ante nuestras propias narices; suelen ser agradables, fáciles y divertidas, además con la misma frecuencia suelen carecer de importancia.
- Las cosas importantes tienen que ver con los resultados. Si es algo importante aporta a nuestra misión, a nuestros valores, a nuestras metas de alta prioridad, requiere más iniciativas, más proactividad. Hay que actuar para no dejar pasar la oportunidad de hacer que las cosas ocurran.
Si no se tiene una idea clara de lo que es importante, de los resultados que deseamos obtener en nuestra vida, con facilidad nos veremos desviados hacia lo urgente.
“No dejes que lo urgente tome el lugar de lo que es importante para tu vida” Charles Spurgeon
Utilizá tu tiempo de forma sabia y si utilizás el tiempo de los demás, hazlo con respeto y empatía.
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