Los clientes habían adquirido un edificio granero que había permanecido sin uso durante años. Su plan a futuro era convertirlo en una casa de vacaciones, pero cuenta ellos que, poco a poco, fueron considerando la posibilidad de mudarse a vivir en él para siempre.
Para ello llamaron al arquitecto danés, Jän Rosler quien junto a su estudio comenzaron a trabajar en el proyecto. El mayor desafío que presentaba el concepto básico a considerar radicaba en que se pretendía conservar las aberturas de fachada existentes generando así la iluminación y las vistas necesarias. Como la estructura original había tenido sólo persianas sin vidrio, los arquitectos decidieron no dividir las ventanas ni tampoco adicionar montantes y travesaños, lo que habría impedido la entrada de luz. A través de un mínimo de intervenciones, se ha conservado el carácter original del edificio de la granja en perfecta relación con su entorno rural.
En la planta baja del edificio, el prusiano techo abovedado requiere un tratamiento y una atención especial y cuidadosa del diseño espacial. Por tanto, todas las paredes y las intervenciones, tales como la nueva escalera están orientados con respecto a las vigas de acero transversales, dando como resultado una interacción estructural y formalmente una agradable armonía. La vida diaria común se aborda en el suelo del jardín con una amplia cocina-comedor, un comedor con chimenea y terrazas adjuntas a cada lado, a las cuales se accede a través de puertas vidriadas.
La primera planta está dedicada a la vida privada, un concepto que se percibe en las habitaciones más pequeñas y los materiales más cálidos utilizados, como los pulidos suelos de madera de roble blanco. Esta planta contiene un dormitorio principal y un baño, con una zona más tranquila, ubicada entre ellos que invita a la lectura o al trabajo en solitario. Por debajo de la pendiente de la cubierta a dos aguas, en los extremos se ubicó una galería a la cual se accede por las escaleras del desván.
La principal intención matérica fue la de utilizar siempre que fuera posible una serie de materiales sostenibles, es decir, reciclados, reciclables o que significaran la menor utilización posible de otros recursos. Los ladrillos que se podía remover fueron luego reutilizados en otras partes del edificio. Algunos incluso fueron tomados de casas demolidas en la zona y reutilizados aquí. Los techos abovedados fueron una renovación realizada de una manera similar.
Los azulejos provienen de una vieja casa en el barrio. Solía haber fábricas de ladrillos en la zona, por lo que el material no tenía que ser transportado lejos. Además de los ladrillos, la materialidad contribuye a generar un confortable clima interior. Las paredes interiores están aisladas con planchas de fibras blandas, mientras que un aislamiento de lino es utilizado entre las vigas. Los colectores solares y paneles fotovoltaicos contribuyen a un uso eficiente de los recursos de la energía. Un calentador a gas calienta las plantas.
Un factor crucial en el esfuerzo de reconversión fue la empresa de construcción, que entendió claramente no solo el concepto estructural de la obra, sino también los condicionamientos de trabajo en lo referente a la sustentabilidad.
Seguí leyendo:
Utilizamos cookies de terceros para mostrar publicidad relacionada con tus preferencias. Si continúas navegando consideramos que acepta el uso de cookies. Puede obtener más información en:
Politica de Privacidad