Con los años, las sillas y banquetas empieza a desgastarse, arruinando la decoración de nuestro hogar. Por suerte, si la estructura está bien no hace falta gastar una fortuna para reemplazarlas o, incluso, para fabricarlas vos mismo desde cero. Podemos resolverlo fácilmente si aprendemos cómo tapizar una silla o banco y contamos con las herramientas adecuadas.
Puede sonar complicado, pero es fácil aprender cómo hacer un tapizado y, de paso, aprovechar la oportunidad para despejar la cabeza haciendo manualidades. Repasamos paso a paso cómo hacer un banquito súper cómodo.
El tapizado es una forma de vestir una silla, banco u otro mueble, pudiendo a la vez volverlo más cómodo y blandito para sentarse si le sumamos gomaespuma. Eligiendo un buen género, podemos fabricar un lindo asiento o renovar uno viejo y adecuarlo al estilo de decoración del ambiente.
Te contamos qué necesitás para probar tus artes de carpintero.
Lo primero que tenemos que hacer es conseguir las herramientas que vamos a usar para hacer bancos o sillas tapizadas, que son sencillas de usar y muy económicas. Son las mismas que podemos usar para cualquier otra tarea de carpintería doméstica, con lo cual podemos garantizarnos que las usaremos muchas veces y estará más que amortizada la inversión si tenés que incorporarlas a tu caja de herramientas.
Si bien es sencillo, hace falta prestar atención a algunos puntos si queremos que el tapizado se vea tan bueno como el de un profesional. Por ejemplo, saber cómo elegir y medir la tela, estirarla correctamente o perderle el miedo a las tijeras. Analizamos cada uno de estos puntos.
Existen distintos tipos de telas que podemos usar para hacer un tapizado. Para elegir bien es importante tener en cuenta dónde vamos a ubicar los asientos, ya que no es lo mismo una banqueta de cocina que el juego del comedor. Tampoco podemos desatender si hay niños en casa, lo cual vuelve indispensable optar por un género resistente y lavable.
Generalmente, es mejor usar fibras naturales, que son más resistentes y duraderas. Podemos usar algodón, que es económico y fácil de combinar en lugar de sedas, que son más frágiles y requieren cuidados especiales.
Es clave buscar telas de tapicería que sean de uso diario. Un consejo profesional es elegir una tela que no venga en estado puro: es decir, que contenga al menos un 10 por ciento de material sintético para que no se arrugue tanto y sea más resistente a la suciedad. La microfibra es una buena opción, ya que es muy fácil de lavar y mantener. Por último, debemos estar atentos a que la tela no produzca bolitas con el paso del tiempo.
El llamado cuero ecológico puede ser otra buena opción, y viene de un amplio abanico de colores y en texturas varias.
Elegir la tela no es suficiente: también tenemos que saber qué cantidad comprar. Existe una fórmula para medir cuánto necesitamos para tapizar y es la siguiente: medimos el ancho, el largo y la profundidad del asiento. Si es redondo o curvo, medimos el diámetro o el espacio más largo. Luego, agregamos tres veces la profundidad a la longitud y al ancho. Eso nos va a dar la cantidad de género que necesitamos para cada asiento.
Si queremos que nuestra silla se vea bien, tenemos que estirar la tela con paciencia. Hacer las cosas a las apuradas puede derivar en un resultado desprolijo o dejar arrugas que arruinen el trabajo.
Es importante centrar correctamente la tela sobre el asiento y controlar que llegue por partes iguales a cada lado. Luego, estirarla con las palmas de la mano hacia los cuatro costados y sujetarla con varias tachuelas desde la parte delantera. Una vez hecho ésto, estiramos hacia atrás y los lados.
Una buena forma de terminar el proceso de tapizado es colocando un protector para manchas en los asientos. Se trata de un aerosol muy fácil de conseguir y que se usa en almohadones, sillas y sillones. Lo aplicás y lo dejás secar durante la noche. Lo mejor es realizar todo el proceso al aire libre o en el balcón, por los olores.
Hacer tareas del hogar por nuestra cuenta es una actividad económica que a la vez permite distenderse. Podemos tomarlo como un hobbie e incluso compartirlo con los demás miembros de la familia.
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