Cocinar no es lo que era. Su asociación con tareas rutinarias y aburridas empieza a esfumarse para dar lugar a escenas vinculadas al placer y al encuentro familiar. Todo asume otros sentidos, la privacidad se abre y los espacios se integran y redefinen en función de los nuevos hábitos y necesidades hogareñas. Compartimos los mejores consejos de decoración de cocina comedor para generar ambientes confortables y prácticos para disfrutar todos los días.
Le tendencia es clara y no se trata sólo de resolver lo mejor que podemos espacios de pocos metros: integrar la cocina y el comedor diario está de moda. Es un signo de época: la confraternidad de una cena con las hornallas de la cocina funcionando aporta calidez a la vida cotidiana y facilita la dinámica del hogar. Compartimos modelos de cocina comedor para poner tu casa a la altura de las últimas tendencias.
Cómo decorar una cocina pequeña
Se trata de repensar modelos clásicos y adaptar la casa a las nuevas costumbres. La cocina y el comedor, dos ambientes que solían estar separados, estrechan relaciones y se integran en aras de la comodidad. La clave está en generar una buena integración: un buen planteo del espacio hará que ambas formen un todo armónico, sin perder su propia identidad. Algunas claves:
Que la cocina y el comedor formen un solo espacio no significa que las actividades propias de cada lugar tengan necesariamente que superponerse ni mezclarse. Para comer es preciso un ambiente distinto que para cocinar y debe existir algún tipo de separación entre ambos. Al momento de sentarnos a almorzar o cenar necesitamos un espacio despejado tanto física como mentalmente, algo que se genera desde la ambientación.
Los espacios en forma de L o aquellas cocinas comedor que se armaron a partir de la unión de habitaciones contiguas en general poseen -por su mismo origen- una división entra ambas. Pero, si no disponés de estas condiciones previas, podés generar una separación situando la mesa junto a una ventana que dirija la vista hacia afuera o utilizando alguna isla o un mueble de media altura.
Una cocina pequeña bien decorada puede transformarse con un poco de imaginación en un ámbito acogedor y elegante. Por ejemplo, si tenemos una cocina pequeña abierta hacia otras áreas de la casa, una barra puede ser una gran solución para separar los ambientes. Se puede optar por un diseño moderno, donde la mesa alta está acompañada de lámparas colgantes circulares para marcar estilo y elegancia.
Otra idea funcional y práctica para una pequeña cocina comedor es acondicionarla con muebles de diseño que se adapten al poco espacio disponible. De esa manera podemos aprovechar cada pequeño rincón de la cocina.
Una banqueta con espaldares y asientos acolchados acompañados con detalles decorativos puede generar un espacio de mucha onda y calidez. Una mesa redonda es ideal para contribuir a relajar la rigidez del ambiente.
Una agradable opción es la de poner una isla cercana a la mesada de trabajo, que pueda sumarse también como superficie de trabajo y que, a la vez, cumpla con funciones de mesa.
Para los que prefieran no tener una isla fija, la misma función la puede cumplir una mesa móvil. Para tal fin sirve cualquier mesa un poco alta que tenga ruedas.
La iluminación desempeña un papel importantísimo a la hora de crear el ambiente adecuado, no sólo por el objetivo obvio de alumbrar sino porque es una aliada ideal a la hora de crear climas diferentes, con emociones acordes al uso que le daremos a cada espacio.
En el comedor la luz debe adaptarse a diferentes situaciones. No es lo mismo una cena familiar, un encuentro con amigos o una romántica. Lo más acertado es el uso de lámparas colgantes -regulables sería genial-, dado que la iluminación ambiental debe proceder de la parte superior, sobre los comensales. Para ocasiones especiales se puede complementar o sustituir con lámparas de pie y el uso de velas.
Iluminación: claves para ponerle luz a tu hogar
Para el sector de la cocina, la funcionalidad es la clave. La luz general debe ser uniforme. Debemos elegir una alternativa que consuma poca energía y que no de calor. Es aconsejable el uso de focos o tubos fluorescentes, a la vista o empotrados, permitiendo así una iluminación más directa y precisa.
Una de las cuestiones que más dudas suscitan entre quienes están eligiendo los muebles de la cocina comedor es cómo hacer para darle a este ambiente un estilo definido, manteniendo la división entre ambos espacios y evitando que el conjunto se vuelva un enchastre de estilos muy distintos.
Lo recomendable es ir haciendo combinaciones dentro de tonos y materiales similares. También podés considerar una mesa de cristal, aunque es algo de cuidado porque no siempre se integra bien al resto del conjunto.
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El confort y la comodidad básicos requieren una mesa que sea lo suficientemente grande para que todo el mundo pueda sentarse a su alrededor, con sillas que sean estables, resistentes y con la altura adecuada.
Aunque parezca mentira, si elegimos las sillas sólo por su aspecto podemos terminar frustrados, incomodando momentos claves del día como el desayuno, el almuerzo o la cena.
Para los que prefieren maderas exóticas, la caoba, el nogal y el ébano son excelentes opciones. Para opciones más económicas, la melamina y otros tipos de laminados funcionan bien en alacenas de cocina, gabinetes, estantes y cajones. Estos materiales pueden usarse inclusive para la mesa, combinando todo de manera armónica.
También es una opción el uso del acero inoxidable, algo que dará una impronta elegante y con un toque industrial. Es ultra duradero y resistente a todo, y una opción obligada para quienes quieran una cocina con un tinte profesional.
Siempre hacen falta lugares donde dejar todo bien guardado y disponible para usar en cualquier momento. Para ello, si es posible, tratá de utilizar al máximo cada rincón y no dejes ningún hueco de la cocina sin diseñar.
Por pequeño que sea, en cada rincón pueden caber utensilios, bandejas, servilletas, y bandejas o utensillos que quizás no uses a diario, pero seguro necesitarás algún día, como por ejemplo las bandejas de cristal del horno.
Por otro lado, tenés que tener en cuenta dónde ubicar la comida perecedera. La mayor parte sin duda irá a la heladera, pero frutas, huevos, legumbres y vegetales pueden conservarse fuera de ella. Por eso, disponer de un mueble bajo para usar como despensa, y que haga juego con el resto de los muebles, es otra buena posibilidad.
Podés conseguir unas canastas o cajones de mimbre o forrados que queden expuestos y que se conviertan en una solución incluso decorativa.
Los cubiertos y otros útiles más chicos pueden guardarse en cajones, mientras que la vajilla y la cristalería puede estar expuesta a la vista en estantes sin puertas o con puertas de vidrio.
Los electrodomésticos más chicos como licuadoras o tostadoras pueden estar ocultos en gabinetes o, si son lindos, sobre la mesada, en un rincón específicamente dispuesto para ello.
Por último, los artículos de limpieza deben guardarse aparte y ocultos a la vista, ya que no tienen ningún valor estético y, por los vapores químicos que pudieran despedir, podrían ser perjudiciales cerca de la comida. El lugar más común es abajo de la bacha para lavar los platos.
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