El espacio de guardado siempre es un tema en el hogar. Con los años, vamos guardando cada vez más cosas y nos encontramos con que los muebles que tenemos dejan de ser suficientes. Todo se acumula y, cuando se acaban los recursos, lo ideal es planear un buen diseño de interior de placard, que aproveche cada rincón y maximice el uso del espacio. Con creatividad y accesorios modernos, podés hacer magia en cualquier ropero o vestidor.
Hay distintas formas de encarar el proceso de organización o redistribución del espacio de almacenamiento, pero lo mejor es aprovechar las estructuras disponibles, sumando cajones, estantes u otros accesorios en lugar de comprar un mueble entero. Rediseñando podés hacer maravillas. Veamos paso a paso cómo hacerlo.
Los interiores de placard son muebles que necesitan de las paredes, piso y techo de material de nuestra casa para su colocación. Por lo general, se ubican donde hay un hueco en la pared o en partes angostas del ambiente. Esto es una ventaja, ya que aprovechan un espacio que de otra forma quedaría sin uso. Se pueden comprar hechos, ya que por lo general las medidas están estandarizadas, o pueden fabricarse a medida, según preferencias individuales.
La distribución interior del armario es fundamental para aprovechar bien el espacio y tiene que estar pensada para satisfacer nuestros requisitos personales, especialmente si estamos pensando placares para dormitorios. Un buen placard no sólo mantiene nuestras cosas en orden sino que facilita bastante el día a día.
Algunos consejos para pensar el diseño del interior del placard:
Una buena cajonera es fundamental. Existen varios modelos para elegir: abiertos, cerrados, con tiradores, con frente de vidrio, más altos o más finitos, con divisiones o sin ellas. Los que más saben del tema recomiendan optar por cajones cerrados y sin tiradores, ya que ocupan menos espacio.
Si ya tenés cajones pero no lográs mantenerlos en orden o quisieras aprovecharlos mejor, podés comprar separadores para dividir el interior de cada uno y tener todos los compartimentos bien organizados.
Sin barra no hay placard. Se trata del elemento fundamental de cualquier armario o vestidor, ya que la necesitamos para colgar sacos, vestidos, pantalones o lo que se nos ocurra. Para definir el lugar de la barra debemos pensar el largo de la ropa que vamos a colgar: un camisero no necesita tanto espacio, pero los tapados y vestidos sí (se recomienda dejar un espacio de entre 130 y 170 cm de alto para colgar ropa larga).
También es necesario un espacio para colgar ropa corta, como camisas, camperas y polleras. Por eso, antes de colocar la barra debemos tener claro cuánta ropa queremos colgar y qué tipo de ropa es.
Cuando diseñamos el interior de nuestro placard tenemos que considerar que tiene resultar práctico en el día a día. Por lo tanto, deberíamos pensar qué tipo de perchas vamos a usar y cuánto lugar ocupa para saber la longitud de la barra que queremos incluir.
Por último pero no menos importante (especialmente si somos mujeres) tenemos que proyectar dónde vamos a guardar nuestros zapatos. Lo mejor es armar un módulo para calzado en la parte inferior del armario, considerando el número de pares que tenemos o pensamos tener. Podemos poner cajones o directamente dejar el espacio.
Una buena opción para tener todo súper ordenado es prever un cajón organizador de ropa interior. Tienen divisiones para que cada cosa esté en su lugar y termina siendo súper práctico para separar la ropa de todos los días de aquella que te gusta cuidar más.
Si ya tenés los cajones, podés comprar accesorios de tela, que son económicos y cumplen la misma función.
Además de contemplar si vamos a decorar el frente con vinilos para placard o dejarlo blanco, tenemos que pensar en el mecanismo de apertura. Como dijimos antes, tenemos que tener en cuenta que abrimos el armario todos los días y no podemos estar corriendo la cama cada vez que lo hacemos. Por eso, te mostramos algunas opciones para aprovechar mejor el espacio.
Se trata de puertas que, para abrirse y cerrarse, se desplazan usando unas pequeñas ruedas a través de un sistema de carriles, uno superior y el otro inferior. Este tipo de apertura es clave si no tenemos mucho espacio porque no ocupamos lugar con la puerta.
Sin embargo, es muy importante optar por un mecanismo de calidad que garantice el correcto funcionamiento del equipo durante mucho tiempo. Es preferible invertir algo más de dinero y que la puerta no se trabe cada vez que tenemos que sacar un sweater a las apuradas. Se recomienda que las hojas de las puertas midan como mucho 1 metro de ancho y 2,5 de alto.
En cuanto al costado estético, podemos optar por un acabado blanco laqueado, cualquier tono de madera o con espejos para poder ver cómo nos queda lo que nos pusimos y generar una sensación de amplitud.
Otra opción son las puertas abatibles. Su mecanismo de apertura es sencillo y consiste en bisagras que permiten abrir y cerrar la puerta.
Las hojas de cada puerta no deben superar los 60 cm de ancho y los 2,5 de alto. Son más baratas pero con este tipo de puerta hace falta que haya espacio frente del armario. Se pueden elegir los mismos acabados que para las corredizas.
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