En estos días en los que, gracias al Mundial de fútbol, la cultura árabe ha ganado protagonismo, nada mejor que un buen falafel para disfrutar los partidos y vivirlos como si estuvieras en Qatar. Hoy te vamos a contar cómo hacer falafel, una deliciosa combinación de sabores y nutrientes.
El falafel, básicamente, consiste en una mezcla triturada de garbanzos hidratados en agua con cebolla, ajo y diferentes hierbas y especias.
Sencillo, sabroso y nutritivo. ¿Qué más se puede pedir?
La masa se bolea, se fríe en abundante aceite y se sirve, generalmente, con pan de pita y salsa de yogur. Esta es una de esas clásicas comidas árabes, que si bien son vegetarianas, a la vez son contundentes y saciadoras y que quienes consumen carne pueden adoptar sin inconvenientes.
La receta de falafel es realmente sencilla, se prepara en menos de 40 minutos. Y se puede acompañar con una guarnición de ensalada de remolacha y tomate o con otras diferentes opciones que te comentamos más abajo.
Empecemos con el proceso paso a paso de esta deliciosa cómida árabe:
(para 1 docena)
Lavar con agua y escurrir los garbanzos dejados en remojo la noche anterior.
Colocar en un recipiente los garbanzos «sin cocer» junto con las cebollas, los ajos, el perejil, el cilantro fresco y una taza de agua. Allí triturarlos con la batidora o picadora.
Añadir la sal, el comino molido, la pimienta negra, la cayena (opcional), el bicarbonato y mezclar un poco.
Agregar el jugo del limón y la harina. Unir bien y amasar hasta conseguir una textura espesa
Luego dejar reposar la mezcla durante 30 minutos.
Formar con la mezcla pequeñas bolas como si fueran albóndigas del tamaño de una pelota de ping pong. A continuación hay que aplastarlas levemente. Si la mezcla le queda demasiado húmeda por lo que le es dificil formar bolitas, se puede añadir un poco de pan rallado o harina de trigo.
Freír en abundante aceite de girasol a fuego medio/fuerte hasta que le queden dorados (5-7 minutos). Y luego listo, ya están para servir calientes y disfrutarlos.
Si alguien prefiere o debe evitar las frituras, esta misma receta puede prepararse exactamente igual. La única salvedad es que en lugar de poner cada bolita a freír pondrá todas juntas en el horno.
Como precaución, antes de llevar los falafels al horno, es necesario pintar levemente a cada uno de ellos con un poco de aceite para que se doren. Solo eso, todo lo demás es tal como lo describimos.
Como comentábamos más arriba, el falafel puede ir muy bien con una ensalada de remolacha y tomates, aunque para hacerla completa también se pueden servir con alguna típica ensalada árabe, como el Tabbouleh, quizás la más popular y conocida en el mundo occidental entre las ensaladas árabes.
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Otra opción es servirlo en pan de pita, como si se tratara de un sándwich. En este caso se puede rellenar el pan con lechuga, tomates, Tahini, sal y pimienta y aderezarlos con salsa de yogur. Realmente delicioso y muy suculento.
Te damos 2 consejos extra, para que en la preparación de esta comida árabe no tengas fallas y ye salga bien ya en el primer intento.
El protagonista de este plato, el garbanzo, aporta numerosos beneficios nutricionales a quienes lo consumen. Como legumbre, es rica en proteína, fibra, y ácidos grasos insaturados. Además, es fuente de niacina y vitamina E y posee un alto contenido de tiamina, vitamina B6 y folatos.
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