Las particularidades que presentan las bebidas en lata son muchas, pero la principal que podemos nombrar es que, al ser un envase más pequeño, su valor disminuye. Es por eso que el a partir de ahora el vino también se podrá vender el lata como la cerveza u otras gaseosas o bebidas alcohólicas. Esto se dió a conocer en una resolución del Instituto Nacional de Vitivinicultura publicada en el Boletín Oficial que busca seguir ganando mercado, o al menos no perder, en un contexto donde el consumo interno no para de caer debido a la crisis económica que está transitando nuestro país.
De esta forma, los productores de vino podrán ofrecer sus productos en un formato más pequeño usando envases de acero inoxidable que permite fraccionarlo y que sea posible adquirirlo por menos cantidad de dinero.
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Envasar el vino en botellas de vidrio es mucho más caro para las bodegas y además incluye otros insumos indispensables como es el caso de las etiquetas y el corcho.
Argentina no será el primer país en contar con estos nuevos envases ya que en otros mercados como el estadounidense resultó muy positivo, incluso en vinos de alta y media gama.
Carlos Fiochetta es el presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina y explicó que “es una muy buena noticia porque el consumo de vino en la Argentina este año continuó cayendo y buscar innovaciones en los formatos genera nuevas formas de consumo para atenuar esta caída. Hicimos una encuesta y vimos que los consumidores pedían vinos en envases individuales por razones económicas, pero también por cambios en los hábitos, ya que más gente que vive sola“.
Según los datos que brinda la corporación, que reúne a bodegas y organismos públicos, en los primeros ocho meses del año, el consumo interno de vino en la Argentina cayó entre 3% y 4% comparado con el mismo período del año anterior.
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A pesar de los buenos datos que promete la noticia, cabe resaltar que los cambios no se verán de un día para el otro y tampoco será posible encontrar el vino en los supermercados rápidamente. Esto es así ya que las empresas deberán hacer las refacciones pertinentes en sus plantas para asumir la producción en este formato. “Es un cambio que venía pidiendo el sector. Es un excelente avance pero esto no se va a dar de un día para el otro. Ahora las empresas deberán hacer sus análisis de costos y de marketing”, continuó Fiochetta.
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Otro punto a favor que tiene esta medida es que el cambio de envase no va a alterar el sabor del vino. Lo afirmó el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Carlos Mayer: “este tipo de recipiente permite mantener al vino bajo una atmósfera inerte, evitando alteraciones del mismo y conservando las características físico-químicas y organolépticas del producto original”, según explicó.
El nuevo envase se aplicará a otras bebidas alcohólicas como los vinos gasificados o espumantes.
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