El gobierno de Francia anunció que creará un delito llamado “delito de ecocidio” para prevenir y sancionar los daños graves que se causen al medio ambiente. Esto está relacionado con la propuesta presentada por la Convención Ciudadana por el Clima que pedía crear un crimen y no delito como presenta el gobierno, aunque finalmente se impuso la medida impulsada por el gobierno.
“Al entusiasmo ciudadano expresado debe sucederle una traducción jurídica en el código penal”, remarca en una entrevista en el semanario Journal du Dimanche el ministro de Justicia, señalando un problema de constitucionalidad respecto a la palabra “crimen”.
Además, agregó que “vamos a crear un delito general de contaminación. Las penas se ajustarán en función de la intencionalidad del autor”. También indicó que “las condenas van de tres a diez años de cárcel, según se trate de una infracción de imprudencia, una violación manifiestamente deliberada de una obligación o, la más alta, una infracción intencionada”.
“Al día de hoy hay quienes optan por contaminar, porque les cuesta menos que limpiar. Esto va a cambiar (…). Espero que seamos sumamente disuasorios”, dijo el ministro de Justicia, Eric Dupond-Moretti, “Antes, contaminamos, no pagábamos. Ahora, contaminamos, pagamos diez veces más de lo que pensábamos ahorrar”, destacó.
Las multas buscan ser exorbitantes y se estima que oscilarán entre 375.000 euros y 4,5 millones (444.000 a 5,4 millones de dólares).
También se creará un segundo delito que consiste en “poner en peligro al medio ambiente”. Al contrario que el primero, las sanciones podrán aplicarse incluso cuando la contaminación aún no ha tenido lugar, precisó por su parte la ministra de Transición Ecológica, Barbara Pompili, a la AFP. Esto tiene como objetivo prevenir aquellas situaciones que pueden ser riesgosas para el medio ambiente y podrían desencadenarse en cuestiones más graves.
La condena para este segundo delito estiman que será de un año de cárcel y que la multa oscilará los 100.000 euros de multa.
El tema es un llamado a alerta a todo Europa. Distintos estudios han demostrado que los hábitos de los españoles tampoco son muy favorables para el medioambiente, y que hay muchos desafíos por delante.
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