En la etapa de crecimiento, los niños tienen que aprender del ambiente que los rodea y razonar lo que ven para poder desarrollar nuevas destrezas. Es fundamental ofrecerles actividades que les permitan expandir su razonamiento y su toma de decisiones. Por este motivo, los juegos montessori caseros son ideales para desarrollar estos aspectos. Se trabaja con ejercicios de repetición, de trabajo y de manipulación del ambiente.
Los juegos montessori caseros para bebés y niños le permiten a los más chicos desarrollar una visión crítica sobre las cosas que los rodean. Por otro lado, el papel de los padres durante este proceso es el de observar y analizar los distintos comportamientos que los niños van adoptando. También deben guiar e incentivar a los pequeños para ofrecerles una compañía en este espacio de juego y reforzar su seguridad y sus capacidades.
Es importante tener en cuenta que antes de comenzar de lleno con los juegos, hay que saber de qué manera se dan las instrucciones a los más chicos. Debemos evitar cualquier tipo de confusiones en las indicaciones para no estropear el procedimiento de aprendizaje. De este modo, a continuación te contamos cómo presentar un juguete Montessori paso a paso.
Dentro de esta primera etapa de sus vidas los bebés deberán desarrollar sus sentidos, explorando tanto su propio cuerpo como lo que los rodea. Las habilidades motoras son otro de los aspectos que se busca fomentar en este periodo. Los juegos Montessori caseros que mencionaremos a continuación impulsan al desarrollo de la observación y la imaginación de los niños.
Esta actividad permite que los más chicos desarrollen su sentido de la permanencia de los elementos, analizar el movimiento y la resolución de problemas. Consta de la introducción de objetos por el agujero de la caja y observar que salen por otro orificio.
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Para crear este juego necesitamos 2 cajas de zapatos de cartón que tengan diferentes largos pero el mismo ancho, un cúter, cinta adhesiva y pelotas.
Empezaremos dibujando un círculo en la parte de la base de la caja de menor tamaño. A la misma le haremos otro corte en uno de sus lados en forma rectangular, donde pasarán los objetos circulares. Luego, usaremos la tapa de la caja grande y la uniremos con cinta a la caja pequeña, esta última boca abajo.
Estos móviles tienen la finalidad de ser herramientas para la estimulación visual de los más chicos.
Es importante saber que estos elementos no deben estar en los ambientes de descanso, sino que hay que ubicarlos en las zonas de juego a unos 30 centímetros de altura del bebé.
No se necesitan mucho materiales para realizar uno de estos móviles. En primer lugar debemos pensar en qué lugar vamos a colocarlo. Algunas de las opciones son en las puntas de los muebles con baja estatura, para que sea de fácil alcance.
Desde el borde de alguno de estos muebles podemos colocar un palo de longitud mediana, en el cual colgarán varios hilos de su punto. En los extremos de dichos hilos podemos colocar variedad de elementos para formar el móvil.
En una primera instancia, para las primeras semanas, podemos utilizar figuras de color blaco y negro para su visión poco nítida. Luego los podemos cambiar con figuras geométricas hechas con papel de colores. Se pueden hacer tanto de manera 2D como en 3D. Otra opción como objeto en estos móviles es el uso de bolas de un mismo color que presentan diferentes tonos. Por ejemplo, podemos armar con papel de diario bollos de papel y pintarlos de un mismo color pero en distintas tonalidades (de un rojo oscuro a un rojo claro).
Las botellas sensoriales funcionan como método de relajación para los más chicos y permite un progreso en la capacidad de concentración de las cosas que rodean el ambiente.
Se necesitan botellas de plástico transparentes, vacías y sin etiqueta. Luego hay que introducir elementos coloridos que tengamos en nuestro hogares. Algunos ejemplos son botones, cintas de colores, dados, pompones coloridos, entre otros.
Una vez que en nuestras botellas hayamos metido estos pequeños elementos de colores, solo queda llenarlas de agua y taparlas ¡Creará un efecto muy colorido que atraerá la atención de los pequeños!
Al cumplir 1 año los bebés comienza a tener otro punto de vista sobre las cosas. Observamos que cada vez son más curiosos y que comienzan a caminar. Es un periodo muy activo para ellos, que requiere de una ejercitación que los haga pensar.
En esta actividad observaremos cómo los niños comienzan a razonar acerca de los colores y relacionarlos con otros elementos.
Vamos a requerir de una caja de cartón, a la cual le haremos agujeros para poder introducir otros elementos. No hay una cantidad de agujeros específicos para hacerlo, así que es a gusto propio.
A continuación pintaremos los alrededores de cada orificio con un color determinado, para indicar que en dichos agujeros solo se permiten objetos de ese color. Luego necesitaremos bolas que tengan los mismos colores que los agujeros que pintamos anteriormente.
De esta manera los niños relacionarán el color de las bolas y tomarán la decisión de introducirlas en el agujero correspondiente.
Esta actividad es muy sencilla de preparar ya que solo vamos a necesitar algunos pares de medias de diferentes colores y estampados.
El objetivo es hacer que el niño encuentre cada par y los una correctamente. No solo consiste en un juego, sino que también le permite al niño sentirse un poco más autónomo al completar una tarea adulta.
Consiste en una caja de cartón perforada y estará atravesada por cintas e hilos de diferentes tamaños y colores. La idea con esta actividad es trabajar la relación entre causa y efecto de una acción.
Lo primero que vamos a necesitar es una caja vacía que se pueda cerrar. Con la ayuda de un punzón le haremos varios agujeros para poder pasar las cintas. Una vez hecho eso, anudaremos ambos extremos de las cintas, pero dejando un poco de espacio para visualizar el efecto al tirar de ellas. Como paso final cerraremos la caja con cinta adhesiva para no ver el interior de la misma.
Como un paso opcional en este ejercicio, podemos decorar nuestra caja con pintura, papeles de colores o cualquier otra cosa.
Dentro de este periodo de edad, se busca entablar una relación con las cosas que vivimos día a día. Es por eso que en las siguientes actividades utilizamos elementos y herramientas relacionadas a la vida cotidiana.
Este ejercicio requiere mucha concentración y paciencia de parte del niño, ya que estará manipulando un hilo para atravesarlo en fideos crudos.
Lo que necesitaremos es un hilo o cuerda que sea lo bastante gruesa para que el niño se sienta cómodo usándolo; y un puñado de fideos crudos. Los fideos pueden ser de cualquier forma, siempre y cuando tengan algún agujero por el cual pasar la cuerda.
Una opción que se le puede dar a esta actividad es permitir que el niño pinte los fideos antes de colocarlos en el hilo. Se le puede proporcionar un lapicero con marcadores de diversos colores, para que elija cuáles quiere tener en su collar de fideos.
En esta actividad trabajaremos el manejo que tienen los más chicos al hacer ejercicios que requieren más precisión. Con la práctica, su destreza mejorará y la podrá implementar a la hora de comer.
Lo que se necesita es un plato hondo con objetos pequeños (canicas, garbanzos, lentejas, etc.), una cuchara y un recipiente hondo (como puede ser una botella o un vaso) vacío. Las indicaciones que se deben dar son las de agarrar los objetos pequeños del plato con la cuchara y llevarlos al recipiente hondo.
Una alternativa para este ejercicio es utilizar un broche de madre (los que se usan para colgar la ropa) y bolas de tela para reemplazar a la cuchara. Es otra de las formas que se puede encarar esta actividad.
En esta actividad se desarrollará la parte más creativa e imaginativa de los niños. Los juegos musicales no solo despierta su sentido auditivo sino que también los divierte. En esta ocasión les traemos dos instrumentos musicales muy fáciles de hacer en casa.
En primer lugar tenemos un palo de lluvia, instrumento de percusión, hecho con con un tubo largo de cartón, arroz y dos tapas. Para armar el instrumento debemos sellar con una tapa o un pedazo de cartón circular uno de los agujeros del tubo de cartón. Luego le agregamos, no mucho, el arroz crudo. Y como último paso sellamos el otro extremo del tubo. Una alternativa que podemos implementar es decorar el tubo con marcadores de colores, papeles de colores o cintas.
El otro instrumento que prepararemos es un tambor casero hecho con una lata vacía y limpia y un globo.
Lo que haremos es cortar la parte del pico (por donde soplamos) del globo, de modo tal que nos quede casi un medio círculo. Luego, taparemos la abertura de la lata con la parte del globo que mencionamos antes. Para reforzarlo y que no se salga, colocaremos un elástico alrededor. Para simular los palos del tambor podemos usar utensilios de madera.
Todas estas actividades cuentan con los juegos del Método montessori, los cuales ofrecen una enseñanza a los más chicos. Se utiliza el recurso de jugar y divertirse como forma de aprendizaje, atravesando proceso de razonamiento, cuestionamiento y observación. Sin duda, los niños serán capaces de llevarse algún aprendizaje de todo esta metodología.
Los recursos y herramientas que estos juegos exigen son fáciles de conseguir en nuestras casas, por eso son elementos prácticos y de buen acceso. Además son utilizados estratégicamente en cada uno de estos ejercicios y representan bien lo que es el método Montessori.
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