La jóven bailarina de ballet que inspira y rompe estereotipos con su tamaño XL

Lizzy Howell es una joven de 15 años apasionada por el ballet. Baila desde los 5 años pero tiene una particular condición médica. La danza adquirió especial importancia para ella después de que le diagnosticaran un pseudotumor cerebral, una afección caracterizada por un aumento de presión en el área que rodea el cerebro y que provoca cefaleas y problemas de la vista.

De hecho Lizzy perdió su visión durante dos minutos cuando tuvo los síntomas por primera vez, y luego comenzó a sufrir grandes dolores de cabeza.

Su madre murió cuando ella estaba en preescolar, y desde entonces ella regula  su condición médica utilizando el baile como una salida positiva para alegrar su vida.

“Me gusta la liberación emocional que me da bailar”, dice la joven que vive en Filadelfia. “Si tengo un buen día, voy a bailar. Si tengo un mal día, voy a bailar igual”.

Sin embargo, esta joven posee un cuerpo muy poco convencional para una bailarina de ballet y constantemente ha tenido que enfrentar las críticas sobre su peso, hasta que finalmente encontró un estudio de baile donde la aceptaron.

Ahora a Lizzy Howell la repentina fama le llegó gracias a Internet y ella comenta que es agradable lo que ocurre, pero que en realidad “no es el objetivo”.

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Un vídeo publicado por Lizzy (@lizzy.dances) el

Los videos de esta peculiar bailarina de 15 años se están volviendo virales en las redes sociales. Esta vez no es la perfección en su práctica del ballet, sino su inusual talla la que destaca y rompe los estereotipos.

“La última semana ha sido impactante”, dijo Howell. “Nunca esperé que todo esto sucediera en un video que posteé en noviembre pasado. Todo el apoyo es asombroso, pero no estoy seguro de por qué es tan importante, ya que he estado bailando toda mi vida “.

Ahora, sus clips se convirtieron en una inspiración para quienes la consideran un modelo a seguir ya que demuestra que es posible enfrentar los estereotipos sociales y sentir confianza con el propio cuerpo.

“Mi anterior profesor de baile me decía que a menos que perdiera peso, tendría los mismos papeles en el Cascanueces por el resto de mi vida, porque los trajes no me caben”, dice Howell. “En mi estudio actual, trabajan conmigo, para darme una parte que no sólo puedo manejar, pero que pueden hacer un disfraz para”.

“Superar las críticas fue difícil. Sólo tengo que recordar por qué me quedo con el ballet, no puedo imaginar mi vida sin ella”.