Cuando la angustia surge
de lo más hondo
de nuestras entrañas,
cuando la vida se reduce al miedo,
cuando lo incierto amenaza dominarnos
y no hay respuestas
a las preguntas que agobian,
es la hora del nosotros.
Juntos llegamos aquí
en trayecto milenario,
desde aquellas cuevas del Africa.
Juntos descubrimos el amor
y le dimos sentido a la existencia.
Juntos creamos maravillas y horrores
Juntos transformamos, para bien y para mal,
la casa que nos aloja.
Juntos podemos cambiar mientras estamos a tiempo.
Solos,
apenas nos queda el miedo.
Transito del encierro al refugio
tan lejos y tan cerca de los que amo
Aprendo a abrazar sin tocarlos
a besarlos en sueños
de mágico reencuentro
cuando la pesadilla,
inevitablemente,
concluya
Angostos pasadizos de obstáculos y oscuro
conducen imágenes
capturadas al sueño.
Un despertar
breve y resignado
respetuoso del silencio,
entre tinieblas,
dibuja su mensaje
indescifrado
en un pliegue virtual
de mi memoria
y huye
Vago dolor
punzante,
de frecuencia irregular
ciclo inconstante,
atraviesa segmentos
del alma
evocando imágenes
cálidas, necesarias,
distantes.
Dicotomía
de pensamiento y acción
lo abstracto y lo concreto.
De las ideas
producto cierto
de razón convencida,
a la realidad
que invade y desborda
emociones sin cauce.
Certezas que mutan
en dudas
bajo espasmos de dolor
y nada parece
estar en su lugar.
Lenta
eterna en cada instante,
la batalla interior
es la prueba más dura,
saber si somos
lo que creemos ser.
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