Un reciente informe de las Naciones Unidas estima que, para nutrir a una población mundial que alcanzará los 8,6 mil millones de personas en 2030 y 9,8 mil millones de personas en 2050, se necesitará producir más alimentos en los próximos 40 años que en los últimos 10.000 años.
No será tarea fácil. El sistema alimentario mundial se ve afectado por el cambio
climático, la inseguridad y la escasez de recursos, además de sumar problemas como desnutrición, malnutrición y sobrepeso, también conocido como la doble carga de la
malnutrición.
Para enfrentar ese desafío y corregir las cosas, es necesario rediseñar el sistema agrícola y alimentario mundial de manera tal que sea sostenible, eficiente y resiliente, con una conexión más fuerte entre la producción y el consumo de los alimentos. El objetivo es que todas las personas tengan acceso a alimentos saludables y nutritivos, que se produzcan en forma sustentable, teniendo en cuenta la protección y el mantenimiento del medio ambiente. Y esto requiere un marco de
acción preciso desde la producción hasta el consumo.
Pero, a su vez, es necesario también reducir el desperdicio. En un mundo con hambre, un tercio de los alimentos termina en la basura. Y, cada día, en la Argentina, se pierde o se desperdicia, accidental o intencionalmente, un kilo de comida por persona.
En la actualidad, 40% de las calorías que se producen hoy en día son desperdiciadas.
Algunos datos que alarman:
En el marco del Programa Nacional de Reducción de Pérdida y Desperdicio de Alimentos y su campaña “Valoremos los alimentos” que se lleva adelante por impulso del Ministerio de Agroindustria se generaron varios acciones. En particular se conformó la Red Nacional para la Reducción de Pérdida y Desperdicio de Alimentos que al día cuenta con más de 60 contrapartes de diversos sectores.
Por otro lado, también se lleva a cabo la campaña #NoTiresComida para dar visibilidad a la problemática del desperdicio de alimentos, y educar a los consumidores con estrategias de compra y consumo inteligentes.
También se ha sumado ahora una plataforma que une comedores sociales con donantes de comida para evitar el desperdicio de alimentos, llamada Nilus. Esta aplicación busca recuperar y distribuir la cantidad de alimentos en perfectas condiciones que se pierden todos los días. Los principales beneficiarios son los comedores sociales, ayudando a quienes más lo necesitan. El funcionamiento de la aplicación es a partir de un donante, que puede ser un supermercado o un productor, notifica a Nilus de que tiene alimentos disponibles para entregar, luego, cuando un comedor solicita la comida se dispara una alerta a choferes particulares disponibles en la zona, el cual recibirá un pago por el traslado de alimentos desde el productor hasta el comedor.
Además, a partir de este mes, el gobierno porteño repartirá, en 40 restaurantes seleccionados, cajitas de cartón para que los comensales se lleven a sus casas los sobrantes de comida de sus consumos.
Utilizamos cookies de terceros para mostrar publicidad relacionada con tus preferencias. Si continúas navegando consideramos que acepta el uso de cookies. Puede obtener más información en:
Politica de Privacidad