“Tengo que pedir perdón”: dura reflexión de un prestigioso periodista sobre el caso Maldonado

Roberto Guareschi condujo la redacción del diario Clarín en un momento de gloria del diario argentino. Compartimos sus “disculpas” frente a las palabras del hermano de Santiago el día que apareció un cuerpo flotando en el Río Chubut.
santiago maldonado

“Pongan música si no tienen otra cosa“, les dijo el hermano de Maldonado a los periodistas que le ponían sus micrófonos al cuello. Y les pidió piedad: había estado horas enteras junto al cuerpo de su hermano flotando desfigurado en el río. Lo había buscado más de dos meses y medio y seguro que se había imaginado algo así o peor. Pero pienso que esta constatación fue aún más terrorífica. Y las horas la hicieron peor.

“Pongan música“. No me hieran más, pienso que quería decir. Me da verguenza. Seguro que muchos periodistas sienten algo así. No hieran así a la gente. No hagan pelota a la profesión que ya bastante desprestigio tiene.

Seguro que entre los que ponían sus micrófonos en el cuello de Maldonado había chicos y chicas que saben poco del oficio pero son contratados porque aceptan salarios ofensivos a cambio de la oportunidad dorada de hacer periodismo. Y peor aún, hay personas allí y en algunas redacciones y estudios que saben un poco más pero buscan audiencia desesperados por el rating en tiempo real.

Peor son los empresarios, y los periodistas que conducen a esos que ponen sus micrófonos en el cuello de las víctimas. Y también los que, en vez de usar el oficio y la creatividad, hacen lo más fácil que hay: usar el poder que nos da el ser periodistas para hostigar sin pensar, lastimar quién sabe cuán hondo sin pensar.

Me da piel de gallina ver la cara de dolor y la templanza del hermano de Maldonado. Qué fuerza tiene. Está atrapado por los micrófonos que tiene al cuello y porque nos necesita. Lo tenemos de rehén. Nos necesita. Somos su mal necesario y nos aprovechamos

Desesperados por las condiciones del sistema, los llevan de la nariz y caen en una operación tras otra, operaciones de los que tienen responsabilidad por el crimen o de los que sólo sacan provecho. Algunos caen por ignorancia y falta de oficio y otros entran con los ojos abiertos porque reciben órdenes y/o porque “No importa, quiero brillar, quiero complacer”.

Hay también buenísimos periodistas y buenos medios que han tratado el crimen de Maldonado con verdadero oficio. Pero cada vez son menos.

  • Roberto Guareschi dirigió la redacción de Clarín entre 1990 y 2003, y la de El Cronista Comercial en 1975 y 1976. Además, participó en la creación de Clarín.com y de otras publicaciones digitales y de papel. Hoy es consultor y columnista. En Twitter: @rguareschi