Carbolisto: el jubilado emprendedor que está revolucionando el asado

Ricardo Marcelo Román es un profesor de educación física jubilado que todas las noches de invierno debía encender la salamandra en su casa de Escobar, en la provincia de Buenos Aires, Argentina. Necesitaba hacerlo rápido e ideó un prototipo que luego adaptó para encender una parrilla. Lo llamó Carbolisto. En lo que va del año vendió 20.000 unidades y quiere llegar al millón.

«Tenía que encender la salamandra todas las noches y pensé en cuál era la mejor manera. Llegué a un diseño muy práctico, terminó el invierno y se me ocurrió que la dificultad más común era encender la parrilla. Lo optimicé para carbón y ahí si lo patenté, pero para producirlo en serie necesitaba capital», contó Román.

El “Carbolisto” es un dispositivo hecho en cartón corrugado que se despliega en el momento de su uso, se llena de carbón (u otro material a encender) y sirve como iniciador de fuego. Reemplaza a las pastillas y a los líquidos combustibles así como al papel de diario, las leñitas y la yesca.

En 2015 junto a Jorge Román, su hermano, participó en el programa Los 8 escalones, conducido por Guido Kaczka. Ganaron. «Con ese dinero contactamos a la gente de A1PACK de La Plata para producirlo. Queríamos contratar a personas con capacidades diferentes y justo ellos trabajaban con el taller protegido Los Tilos», dijo.

Con la primera tanda producida, Carbolisto se presentó para figurar en el catálogo Innovar 2016 y fue seleccionado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. Después consiguió, a través del Ministerio de Producción, acceder al Fondo Semilla y obtuvo 150.000 pesos argentinos (unos US$ 8.500) e hizo la segunda tanda con cambios estéticos y la inclusión del código de barras e instructivos en varios idiomas.

Cada Carbolisto sale $ 25 y rinde un asado. Se oferta a través de la página web o mediante distribuidores y, en lo que va de 2017, lleva 20.000 unidades vendidas. “Tenemos una muy buena relación con los distribuidores e incluso hay comerciantes que venden cosas de limpieza, pero como son carboadictos nos venden el producto porque ellos mismos lo usan”, aseguró.

En cuanto a la sociedad con su hermano, dijo que contribuyó con el capital y es un apoyo moral, pero él tiene su propio emprendimiento de cerveza artesanal. “Para la temporada verano 2017-2018 prevemos vender 100.000 y, con más producción y logística, podríamos llegar al millón”, vaticinó.