La revolución digital se acelera y prácticamente todo los oficios y profesiones empiezan a estar atravesados por la tecnología y la revolución digital. No se trata solamente de los dispositivos que revolucionaron nuestras vidas sino de la profunda disrupción que generaron Internet y las tecnologías de la información. Te contamos qué son el reskilling y el upskilling y por qué son temas que tienes que sumar a tu agenda.
El reskilling es el aprendizaje de nuevas competencias y habilidades para desempeñar con eficacia una nueva profesión o una nueva función dentro de un área o trabajo.
El sinónimo más adecuado podría ser el “reaprendizaje” o el desarrollo de nuevas habilidades que son más necesarias y útiles en la actualidad.
Qué vas a encontrar en esta nota:
Reskilling y upskilling: renovarse, la clave
Cuando hablamos de reskilling y upskilling hablamos de reciclarse. Hablamos de capacidades estratégicas que se vuelven cruciales en los tiempos que corren. Hablamos de renovar la mirada, de un mindset totalmente distintos. De sumar a la mochila de competencias personales otra manera de abordar los problemas, de entender los procesos, de pensar las soluciones.
La pandemia no hizo más que acelerar un cambio que venía a paso más lento pero firme. Tecnologías como el Big Data, la Inteligencia Artificial y el Machine Learning están floreciendo a un ritmo que el mercado laboral no es capaz de satisfacer. Por eso, desde diversos sectores coinciden en que es fundamental reaccionar ante este “gap”, esta brecha, que es urgente cerrar.
Con ese fin, los profesionales independientes y emprendedores se ven estimulados a ingresar a un proceso de formación permanente y las empresas empiezan a ofrecen a postulantes y empleados capacitaciones que permitan optimizar su desempeño (upskilling) o, directamente, reciclarse en un nuevo puesto (reskilling).
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Reskilling: repreaprender para sobrevivir y crecer
La formación a través de modalidades como el ‘reskilling’ o el ‘upskilling’ se torna clave en un entorno laboral cambiante. Reforzar, actualizar y profundizar la formación en aquellas capacidades que resultan claves en los nuevos tiempos.
El mercado de trabajo no está siendo capaz de mantener el ritmo de la revolución digital, así lo aseguran consultoras estratégicas como McKinsey & Company. Como consecuencia, en los próximos años nos encontraremos —de hecho, ya ocurre— con un déficit profesional para cubrir determinados puestos de trabajo que requieren de individuos con capacidades tecnológicas especializadas.
Sorprendidas por la Cuarta Revolución Industrial, las compañías han experimentado grandes cambios internos en los últimos años, renovando su cultura empresarial, digitalizándose y promoviendo la creatividad y la innovación entre sus empleados. Estos últimos, por su parte, se han visto obligados a abrazar el aprendizaje continuo (lifelong learning) para no quedarse descolgados del mercado laboral. Y es que la revolución digital impone una marcha demasiado exigente, creando continuamente nuevas profesiones y roles para los que faltan trabajadores con la formación adecuada.
El 45% del capital humano a nivel mundial pasará por procesos de ‘reskilling’ antes de 2030, según un reciente estudio de la consultora McKinsey
Qué es el reskilling y el upskilling: las diferencias
‘Reskilling’ se refiere “a la adquisición de nuevas competencias para poder pivotar de un puesto a otro, de una función a otra“, según describe López Calvo. ‘Upskilling’ implica “evolucionar las competencias necesarias dentro de un mismo puesto o perfil”.
“El ‘reskilling’ es el reciclaje y preparación de un profesional para que desarrolle una tarea para la cual posee competencias blandas, ‘soft skills’, pero no ‘hard skills’ o competencias técnicas. Tendrá que aprender aptitudes ‘hard’ para desarrollar su nuevo puesto, en la misma área funcional en la mayoría de los casos”, explica Bierge. Por ejemplo, un empleado que pasa de un departamento ‘offline’ a uno ‘online’.
El ‘upskilling’ es “el refuerzo de las capacidades ‘soft’ para tomar un puesto de mayor responsabilidad”, prosigue Bierge. Aquí el profesional ya dispone de las competencias técnicas pero necesita actualizarse en nuevas competencias y habilidades “para incorporar y perfeccionar nuevos enfoques al trabajo que ya está realizando”. Se trata, según añade, de “hacer lo mismo, pero mejor”.
¿Qué es el Reskilling y qué ventajas tiene? ¿Cómo puede ayudarte el Reskilling para mejorar a nivel profesional? ¿Cómo contribuye el Reskilling a mejorar el talento de las empresas? ¿Cuáles son las mejores estrategias para implementar un plan de Reskilling?
Tecnologías como el Big Data, que permite a los expertos en este campo analizar datos masivos para encontrar soluciones novedosas, tienen cada vez mayor importancia para las empresas. Sin embargo, todavía no hay suficientes analistas de datos para satisfacer la demanda de los mercados. Y lo mismo sucede con otras tecnologías disruptivas como la Inteligencia Artificial o el Internet de las cosas. Aquí es donde el reskilling y el upskilling entran en juego para las empresas, dotando a los empleados de nuevos conocimientos para cubrir necesidades del negocio.
La diferencia entre ambos conceptos está en el objetivo de la formación: mientras el upskilling busca enseñar a un trabajador nuevas competencias para optimizar su desempeño; el reskilling, también conocido como reciclaje profesional, busca formar a un empleado para adaptarlo a un nuevo puesto en la empresa. En líneas generales, se dice que el primero crea trabajadores más especializados y el segundo más versátiles.
Objetivos del reskilling y el upskilling
Entre los principales beneficios de estos dos tipos de formación se encuentran:
- Combaten la brecha digital en el seno de la empresa y la hacen más competitiva.
- Reducen los procesos de selección y, en consecuencia, los periodos de adaptación.
- Ayudan a crear fidelidad y a retener el talento. Los empleados son conscientes de que la compañía invierte en ellos al mejorar su perfil profesional.
- Ofrecer una formación continua a la plantilla mejora la reputación corporativa.
- Promueven una cultura de empresa dinámica adaptada a un entorno en constante evolución.
De las “soft skills” a las “hard skills”
A la hora de formar a sus empleados, las empresas deben ocuparse tanto de las llamadas habilidades duras (hard skills) como de las habilidades blandas (soft skills). Las duras son aquellas habilidades técnicas de un trabajador que le permiten desempeñar una labor determinada, como el manejo de determinados softwares, mientras que las blandas se refieren a la inteligencia emocional, la capacidad de comunicación, la gestión del cambio y demás habilidades personales e interpersonales que ayudan a un trabajador a desenvolverse eficientemente en una empresa moderna.
De acuerdo al informe Towards a Reskilling Revolution, realizado por el World Economic Forum en 2019, entre las soft skills más demandadas por las empresas de hoy se encuentran:
- El pensamiento crítico e innovador.
- El aprendizaje activo y las estrategias de aprendizaje.
- La creatividad, la originalidad y la iniciativa.
- La capacidad para resolver problemas complejos.
- El liderazgo y la influencia social.
En el lado opuesto, entre las habilidades blandas cada vez menos demandadas por el mercado laboral ya que en un futuro quedarán relegadas a manos de la robotización y la automatización, están:
- La destreza manual y la precisión.
- La capacidad de memoria y la escucha activa.
- La gestión de recursos financieros y materiales.
- Las habilidades matemáticas.
- La coordinación y la gestión del tiempo.
Cómo implementar un plan de reskilling o upskilling
Aunque cada organización tiene su propio método, en líneas generales los pasos para implementar un plan de reskilling y upskilling se pueden resumir en:
Estudiar cuáles son las necesidades del negocio para saber qué nuevos puestos de trabajo y habilidades necesita satisfacer la empresa.
Hacer una evaluación de las habilidades de la plantilla para, de acuerdo con las necesidades del negocio, determinar quién necesita upskilling y quién reskilling.
Diseñar un sistema de formación con diferentes perfiles, facilitando el training a través de herramientas digitales y horarios favorables, preferiblemente durante la jornada laboral.
Realizar una evaluación continua para determinar el nivel de progreso y analizar la respuesta de los empleados.
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