Abril Dispenza, la beba de la que habló todo el país en 2004, acaba de de cumplir 15 años. Fue noticia cuando un virus letal para el corazón de un recién nacido la dejó al borde de la muerte, un destino que esquivó tiempo después gracias a un trasplante por entonces inédito en Argentina, que se realizó en el Hospital Garrahan. Hoy esa hermosa niña es una mujercita, que celebró su vida entrando a la fiesta con el papá de la nena que lo donó el corazón y salvó su vida.
El trasplante fue el 24 de enero de 2006. Con 16 meses y signos vitales críticos, Abril recibió el corazón de Ayelén, otra beba de 18 meses que luchó 7 días con la fractura de cráneo masiva de un terrible accidente de tránsito en Santiago del Estero, donde murieron también su madre y su hermana mayor.
La implantación del corazón de Ayelén en el cuerpo de Abril fue una hazaña médica local sin precedentes. Luego sólo hubo dos trasplantes más de donante incompatible -o de “sangre cruzada”-: el segundo fue hace 3 años y el nene falleció por causas neurológicas ajenas al trasplante. El tercero, hace un año, está bien y en seguimiento en el Garrahan.
Enrique Pereyra, el papá de Ayelén, sobrevivió y hace unos meses recibió el pedido sorpresa del padre de Abril para que sea él quien entrara al salón del brazo de la quinceañera, con el tema “Yellow” de Coldplay.
“Él no sabía nada, pero nosotros veníamos pensándolo hacía meses con Abril. Se lo propusimos 5 minutos antes de la fiesta, para que no pueda negarse. Yo estaba muy preocupado con que él estuviese incómodo. Nunca quiso hablar con los medios y había muchos en la fiesta. Me dijo ‘ese es tu lugar’ y yo le dije: ‘los dos somos los papás de Abril”, contó al diario Clarín Sergio Dispenza.
La adolescente tuvo en vilo al país en 2004 porque necesitaba un nuevo corazón y su historia sirvió de impulso para que se sancionara la “Ley del Donante Presunto”; conocé esta emocionante historia
Cuando se lo propusieron, Enrique, el papá de la nena que donó su corazón, se emocionó: “va a ser un honor”. Minutos después, los “dos papás” llevaron de las manos a Abril hacia la pista para bailar el vals.
Horacio Vogelfang, el jefe del equipo de Trasplante Cardíaco que logró que no hubiera rechazo del corazón pese a que las bebas tenían distinto grupo sanguíneo, también estuvo presente el sábado como “un héroe”.
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