Los rituales que se realizan durante el solsticio de verano conectan a las personas con la naturaleza, permiten soltar lastre e invitan a comenzar de nuevo más libre.
Las celebraciones son una manera inconsciente que tenemos de hacernos amigos de los ciclos: las fiestas como el solsticio de verano son una manera de festejar la rueda de la vida.
En las culturas antiguas de todo el mundo, el solsticio de verano representa la renovación y el comienzo de un nuevo ciclo vital y ha sido un momento especial de celebración a través de magia y rituales de agradecimiento a la abundancia de la naturaleza y a la luz del sol. Fluir con la naturaleza y sus ciclos es clave para vivir con equilibrio y vitalidad. Estos rituales de solsticio de verano te ayudarán a reconectarte con ella y con sus fuerzas vitales.
El solsticio de verano marca el momento cuando comienza el verano en el hemisferio norte. En el hemisferio sur se produce el mismo día el solsticio de invierno, de modo que se despide el otoño para dar paso a la estación invernal.
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El solsticio de verano es el momento del año en que el día es más largo y la noche más corta. Y es que, cuando se produce el solsticio de verano en el hemisferio norte, el Polo Norte está más inclinado hacia el Sol, mientras que el Polo Sur se encuentra en su punto más alejado del gran astro.
El sol y la energía fértil están en su apogeo y las plantas están más llenas de vitalidad y totalmente renovadas. Es un día para celebrar un nuevo inicio y agradecer tanto al Sol como a la Tierra: de agradecer al Sol por su fuerza vital e iluminación y a la madre Tierra por su amor, fertilidad, capacidad de renovación, sustento y abundancia.
El Sol y la Tierra, juntos, crean una perfecta sinergia que nos proporciona todo lo que necesitamos para crecer, vivir y evolucionar. A través de las celebraciones y rituales, expresamos la gratitud por estos regalos.
En este momento vital en que la Tierra está en su máximo esplendor, irradiando vitalidad, fuerza y abundancia, todas estas energías están a disposición de todos los seres que la habitamos.
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Puedes sentir todas estas energías fluir a través de ti, tomándote un momento de silencio y contemplación en la naturaleza, porque todo lo que ocurre en el cosmos se está reflejando en ti a todos los niveles de tu ser: en tu cuerpo físico, mental, energético y espiritual.
Por eso hay algo tan mágico en el solsticio de verano. Es la cumbre de lo extrovertido y radiante, de la expansión de conciencia, de la alegría, de la nutrición y la renovación. Es un momento perfecto para expresarnos con máxima coherencia, manifestando y alineando lo que deseamos con lo que expresamos, de explorar nuevos comienzos y posibilidades.
Cuando no podemos percibir estas maravillosas fuerzas vitales de la naturaleza en nosotros, es que nos hemos desconectado de ella. Los rituales de celebración y agradecimiento a la Madre Tierra nos reconectarán con ella y nos aportarán una fuente de energía y vitalidad inagotable, consciencia de abundancia, más empatía y más felicidad.
Las culturas antiguas honraban los ciclos cósmicos y la energía fértil de la naturaleza, porque sabían que su supervivencia dependía de la armonización con las estaciones y celebraban el solsticio de verano con rituales para traer abundantes cosechas, agradecer la luz y mantener alejados el mal.
Los griegos dedicaban el solsticio a su diosa del hogar, Hestia, y los romanos a Vesta y a Juno, la diosa del parto y la fertilidad. Los antiguos egipcios lo celebraban honrando al dios del sol, Ra.
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Los celtas y las tradiciones paganas celebraban la noche de Litha, que significa “fuego”, honrando al Sol mediante celebraciones en las que se cantaba y bailaba alrededor de hogueras para aumentar la temporada de crecimiento y traer una buena cosecha en otoño. Luego, se tomaban baños purificadores y hacían curas de agua en fuentes, cascadas y ríos. El elemento “agua” simboliza el renacer y da lugar a un nuevo comienzo.
Aquí tienes un ejemplo de ritual concreto para la noche del solsticio que recoge muchos de los elementos antes propuestos para tus rituales.
Se necesitan de los siguientes elementos:
La energía del solsticio está presente desde el día 21 hasta el 24 de junio. Encuentra el momento ideal y el entorno y la compañía ideal.
Quizás quieras celebrar el solsticio con amigos, familiares o en un círculo con más seres, o quizás prefieras hacer un ritual más íntimo y reservado. También puedes hacer las dos cosas en dos noches distintas.
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Siéntelo con honestidad, creando un espacio de armonía y bienestar y celébralo como más te apetezca, escuchando a tu corazón. Es un momento muy transformador.
El día del solsticio de verano, o el día en que te propongas celebrarlo, conéctate con la naturaleza con tu actividad favorita al aire libre.
Descálzate, abraza un árbol, siembra tus semillas de verano, recolecta flores y plantas para tus macerados y remedios caseros, hazte una corona con flores, pasea por la playa, báñate en un bosque o camina por la montaña.
Deléitate con la belleza que te rodea y la fuerza del pleno sol.
Empieza tu día con una práctica de yoga de saludos al sol. Puedes mirar el sol durante los primeros segundos de su salida y agradecer por tanta vitalidad, luz y vida.
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Este es el momento ideal para hacer limpieza. Aprovéchalo y limpia la casa y deshazte de todas las cosas, materiales y mentales, que ya no usarás en el nuevo ciclo que empieza justo ahora.
Ayúdate de plantas purificadoras como la salvia o el palo santo, o bien de aceites esenciales purificadores como el de romero, lemongrass, árbol del té, enebro, limón, mirto y mirra.
Cocina inspirándote en lo que ofrece ahora la naturaleza, con mucho amor y color. Aprovecha toda esta abundancia que nos brinda la naturaleza en este momento e incorpora todos los colores del arcoíris en tus platos a través de las flores, las frutas y las hortalizas.
Elabora agua de flores como la de saúco o rosas.
El solsticio invita a mostrar nuestro agradecimiento a la luz del sol, la tierra y el verano. Empieza tu ritual del solsticio de verano con este agradecimiento.
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Puedes hacerlo de tantas maneras como se te ocurra: cantando, bailando, tocando el tambor, recitando un poema, escribiendo, meditando o lo que te pida tu corazón.
Busca un lugar donde puedan estar presentes el fuego y el agua. Si estás en el interior, te servirá contar con una vela y un cuenco con agua.
El elemento fuego es vital en este ritual. Usa el fuego para quemar y despedir todo aquello que ya no necesitas: cosas materiales y también creencias, miedos y situaciones que quieres eliminar.
Escríbelo en un papel y luego quémalo visualizando el cierre de esa etapa.
Crea una intención con una acción para mejorar tu vida y traer luz, amor y abundancia a tu vida y al mundo. Los deseos e intenciones creados entre el 20 y el 24 de junio son los que tienen más fuerza para manifestarse.
También es un buen momento para crear un diario con tus pensamientos, sensaciones, intenciones, agradecimientos.
El momento invita a nuevos comienzos.
El día del solsticio y hasta tres días después, son los momentos más potentes para cargar tus cuarzos (cuarzo blanco o cuarzo rosa) u otros cristales y también para meditar.
Crea un altar o un mandala con flores y frutas de temporada, hojas, ramitas, bellotas, piñas secas, cuarzos, velas y otros elementos de la naturaleza, simbolizando el círculo de la vida, la conexión con el cosmos, la purificación y la renovación.
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Utiliza flores y hierbas de temporada como la caléndula, la rosa, el jazmín, la manzanilla, la artemisa, la madreselva, el tomillo, la milenrama o la hierba.
La salvia elimina la ira y la mala energía. También ofrece fuerza, sabiduría y claridad en el camino hacia tus intenciones.
Enciende las velas del altar o del mandala. Siéntate ante tu altar o en el círculo del mandala y enciende una vela para ti también, simbolizando tu luz.
Un baño en el mar o un baño en casa con sal marina es la mejor forma de cerrar el ritual y llevarse todo lo liberado con la purificación del fuego. El elemento agua te regenerará y preparará para empezar el nuevo ciclo.
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