Más que una costumbre, es un ritual. Tomar mate nos reúne, nos amiga y nos deleita. Pero, ¿sabemos cómo prepararlo? Acá, te dejamos consejos para que tus mates sean los mejores.
El agua. Lo ideal es utilizar agua de la canilla ya que el agua mineral puede modificar el gusto y el sabor del mate. ¡Ojo! El agua no debe hervir, debe calentarse hasta los 70°. Así, se logra un mejor aprovechamiento de las propiedades de la yerba y se puede disfrutar mejor todo su sabor.
El mate. Es fundamental utilizar un mate bien curado, tanto si es de calabaza como de madera. Primero, llená el recipiente con yerba y mojala completamente. Dejalo dos días, humedeciendo siempre la yerba, y luego limpialo bien sin dejar restos y eliminando la madera que se ablanda. Repetí esto tres veces más. Un tip: nunca dejes que la yerba fermente ya que le deja mal gusto al recipiente.
¿Cómo hacerlo? Nunca lo llenes más de ¾ de su capacidad. Tapá la boca con la mano y agítalo fuerte, de este modo, los componente gruesos de la yerba se depositan abajo y los finos quedan arriba. Volvelo a la posición normal con cuidado de que la yerba quede a un costado y libere un lado. En esta cavidad, tirá un chorrito de agua fría o tibia e insertá la bombilla. Cuando lo cebes, tira el agua en esta zona y, a medida que avance la rueda de mate, podés ir tirando el agua más hacia el centro.
Ahora sí, ¡listos para compartir un buen mate!
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