La dupla integrada por Santiago Lange y Cecilia Carranza Saroli sumaron la segunda medalla dorada para la delegación argentina en los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016.
Emocionado, con la voz entrecortada y todavía arriba de la embarcación, el deportista más grande de la delegación argentina festejó el histórico triunfo con un abrazo fuerte que lo unió a Cecilia Carranza.
Lo que pasa es que hace un año, casi todos estaban dando por seguro que Santiago Lange, a sus 54 años, no iba a estar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Lo que les daba argumentos para poner en duda la participación de Lange en las aguas de la bahía de Guanabara era nada más ni nada menos que el año pasado a Lange un cáncer le quitó un pulmón.
Pero Santiago Lange no es un hombre común. “Me separé de mi esposa y viví en un barco. No tenía un mango, un amigo me prestó un barco y terminé viviendo cuatro años ahí”, contó hace un tiempo, antes de los dramáticos momentos de su enfermedad.
Hoy, en su sexta participación en un Juego Olímpico, y luego de haber cosechado dos medallas de bronce, finalmente Lange se hizo de la presea dorada. El tan ansiado oro llegó en la clase Nacra 17 junto a la rosarina Cecilia Carranza Saroli, el talento que este gran velista argentino ha elegido para su nueva aventura olímpica.
Otro motivo para estar emocionado es que por primera vez comparte este evento con sus hijos Yago y Klaus. “Estos Juegos son muy emocionantes para mí. Nunca lloré tanto como la ceremonia inaugural que compartí con ellos”.
Con esta gran actuación, la náutica argentina mantuvo su costumbre de ganar una medalla olímpica como sucede desde Atlanta 1996.El correntino Carlos “Camau” Espínola inició la racha con dos platas en clase Mistral (Atlanta y Sydney 2000); Javier Conte-Juan De la Fuente (470) y Serena Amato (Europa) fueron bronce en Australia; Espínola-Lange (Tornado) se clasificaron terceros en Atenas 2004 y Beijing 2008 y finalmente la dupla Lucas Calabrese-Juan De la Fuente (470) ganaron el bronce en Londres 2012.