Las medidas comenzaron en Madrid: esta mañana, decidió cerrar los colegios y universidades y recomendar el teletrabajo para contener la expansión del coronavirus. Y el País Vasco y otras regiones están caminando en la misma dirección.
Las medidas tomadas por el gobierno español son contundentes:
- Suspender las clases en todos los niveles educativos desde el miércoles y durante 15 días.
- Cancelar o retrasar las cirugías programadas, las consultas o pruebas diagnósticas no preferentes, e ingresos programados, si es necesario.
- Habilitar nuevas camas y unidades en los hospitales para atender la crisis del coronavirus.
- Atender prioritariamente en sus domicilios a los pacientes en la atención primaria.
Son las medidas que anunció Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, para intentar frenar la expansión de los contagios en la región, donde se duplicó el número de contagiados y de muertos entre el domingo y el lunes.
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Todas las medidas entran en vigor el miércoles 11 y supondrán que 1,5 millones de alumnos de todas las edades y niveles educativos pasen dos semanas sin clases.
“El Gobierno ha adoptado restricciones que son imprescindibles: no ha sido fácil tomar estas decisiones, pero la salud pública está por encima de todo”, subrayó la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Medidas en España ante el espejo de Italia
Las limitaciones anunciadas se suman a las tomadas la semana pasada: cierre de los 213 centros de ocio para mayores de la región; limitación de visitas a las residencias; seguimiento telefónico diario a personas en aislamiento domiciliario; y recomendación al entorno más cercano a casos positivos de que eviten el transporte público en hora punta y las aglomeraciones.
Madrid tiene 33 hospitales públicos y 50 privados. La proporción de camas es inversa: 13.623 son públicas y 6.644 son privadas. El punto es que la población de la región ha crecido en casi medio millón de personas entre 2010 y 2018 mientras que el número de profesionales de la sanidad pública se redujo a 3.300.
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Esos númeos son los que generan una gran preocupación por el impacto en los servicios sanitarios: el cruce de esos datos con un virus que puede implicar que miles de personas afronten cuarentenas de catorce días avivan el temor de un colapso si no se toman medidas.
La ecuación es sencilla: el 80% de los casos en Madrid se pueden tratar sin ingreso hospitalario, el 15% lo requiere, y el 5% son críticos que deben ser atendidos en unidades de cuidados intensivos. ¿Cuál es la batalla ahora mismo? Evitar que el número de afectados crezca tanto como para desbordar la capacidad de asistirlos.
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“Se trata de modular que no haya picos que desborden la capacidad del sistema sanitario, o su actividad normal”, explican. “Es el sentido que tiene tomar medidas de restricción en lugares concretos. En una situación de crisis, las camas de UCI pueden ampliarse a las de reanimación, pero estamos muy lejos de ese escenario”.
Mientras tanto, los datos que reflejan la magnitud de la crisis no cesan de crecer: ya hay 72 pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos.
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