Noticias

Nuevo estadio en Santiago del Estero: tristes prioridades en una provincia marcada por la desigualdad

La imagen del padre de Abigail llevándola upa en medio de la ruta caliente hizo llorar e indignar a la Argentina. No había medios para su tratamiento.

COMPARTIR

En las provincias del norte los contrastes sociales son frecuentes. Mientras varios territorios son acechados por la hambruna y la pobreza, suceden acontecimientos que dejan pocos motivos para celebrar.

Un claro ejemplo es la inauguración del Estadio Único Madre de Ciudades en Santiago del Estero, donde acudieron el Presidente Alberto Fernández junto al gobernador Gerardo Zamora a la final de la Supercopa Argentina.

El estadio es una gran obra de arquitectura, el problema es que costó unos 1.500 millones de pesos y ese dinero podría haber sido destinado a obras de salud, que se vieron afectadas en gran medida durante la pandemia. Desde poco personal hasta falta de recursos e insumos.

Leé también: Requisitos para la entrada y salida de la Argentina

Contraste con la realidad

El golpe de quiebre en la provincia fue el caso de Abigail Jiménez, una niña de 12 años que el pasado noviembre había quedado varada con su papá en la ruta, ya que la policía no les permitió el ingreso a su hogar.

La pequeña, enferma de cáncer, tuvo que realizarse el tratamiento oncológico en la provincia de Tucumán, ya que no estaban dadas las condiciones para llevar a cabo el tratamiento en su provincia.

Durante muchas horas batallaron  contra esa insensible restricción y no hubo éxito. La imagen de su padre llevándola a upa en medio de la ruta caliente hizo llorar e indignar a la Argentina.

Podés leer: Son argentinos, se fueron a miami con sus hijos y triunfan vendiendo churros

Luego de su viralización, las autoridades pidieron disculpas pero el daño ya estaba hecho. Lamentablemente la enfermedad de Abigail era terminal y al cabo de dos meses el cáncer terminó con su vida en Termas de Río Hondo.

Contrastes en el norte

Otros hechos que también pueden verse son los confinados formoseños y en los feudos que hace décadas profundizan la brecha, alimentan la pobreza de muchos y resaltan los privilegios de una minoría.

Solo queda esperar que los gobernantes abran los ojos y además de estadios mejoren los hospitales y el sistema de salud.

Para seguir leyendo:

Utilizamos cookies de terceros para mostrar publicidad relacionada con tus preferencias. Si continúas navegando consideramos que acepta el uso de cookies. Puede obtener más información en:

Politica de Privacidad