Llega el verano y los dermatólogos encienden todas las alarmas: saben que a la mayoría de la gente le encanta verse bronceada y disfrutar de largos días al aire libre y saben, también, que son demasiados los que sigue exponiéndose al sol con poca o nula protección. Para evitar problemas y postergar el envejecimiento, te acercamos algunos consejos sobre cuidados de la piel en verano.
La razón fundamental por la cual debés cuidar tu piel en verano es por tu salud. Diez personas mueren por semana en Argentina a causa del melanoma, el cáncer de piel más peligroso, vinculado estrechamente a la exposición a los rayos ultravioletas.
El segundo motivo tiene que ver con la belleza y el bienestar general de tu piel. Cuando el calor golpea, la transpiración aumenta y las necesidades de hidratación y nutrición cambian. Si no prevenimos y cambiamos algunos hábitos, la consecuencias se verán pronto en el espejo: sequedad, arrugas, manchas, pecas, dermatitis y demás.
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Por qué la piel se daña más en el verano
El factor que más influye en el daño de la piel es la radiación ultravioleta, que proviene fundamentalmente del sol, aunque también se puede encontrar en aparatos artificiales como las camas solares.
El sol emite dos tipos de rayos ultravioletas (RUV) que dañan la piel, los UVA y UVB. Los UVB se incrementan entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, horario en el cual recomendamos que la gente no se exponga al sol, ni siquiera con protector. Por su parte, los UVA son altos durante todo el día, incluso a las 8 de la mañana o a las 6 de la tarde, y durante todo el año.
Qué protector solar nos protege de manera adecuada
Para cuidar la piel del sol, los expertos en dermatología aconsejan el uso de protectores solares de amplio espectro, que tienen cobertura para ambos tipos de rayos ultravioleta. El factor de protección (FPS o SPF) debe ser de 30, como mínimo.
Es importante ponerse una buena cantidad de protector, sobre todo en aquellos lugares que solemos olvidar: orejas, dorso de las manos, dorso de los pies, detrás de las rodillas y cuello.
- Utilizar el mismo factor en todo el cuerpo.
- Utilizar el mismo factor a lo largo del tiempo, es habitual que uno comience las vacaciones poniéndose un factor alto, y luego va bajando a medida que se va bronceando. Esto no es adecuado, ya que el bronceado equivale a un factor de protección 4, por lo que no protege contra futuras agresiones.
- No dejarlo mucho tiempo en el sol, ni destapado, y chequear la fecha de vencimiento.
- Evitar las quemaduras de los primeros días. En verano, lo mejor es ir tomando color más paulatinamente y en los horarios permitidos.
Cómo proteger la piel en verano
Además de la protección solar, es clave tener otros cuidados:
- Estar a bajo una buena sombra en las horas pido. Hay que tener cuidado porque si ésta es sutil deja pasar el 50% de la radiación.
- Usar ropa adecuada: se pueden usar prendas con manga larga, pantalones y/o sombreros con ala ancha (más de 10 cm). Contrariamente a lo que se cree, la ropa blanca es más fresca pero protege menos, mientras que la negra es más calurosa pero nos cubre más de los efectos del sol.
- Protegerse aún cuando está nublado: las nubes dejan pasar el 80% de la radiación.
- Protegerse en el agua: el agua sólo filtra el 50% de los rayos UV.
Quiénes son los corren mayores riesgos
- Los niños menores de 6 meses, ya que no pueden usar protector solar, porque se absorbe a través de la piel y el niño no está preparado para eso.
- Los niños menores de 1 año, ya que si bien se pueden poner protector solar para alguna exposición solar ocasional, no es recomendable. Deben usar sí o sí formulaciones para niños, debido a que al tener más filtros físicos que químicos son más seguros.
- La gente que tiene antecedentes familiares o personales de cáncer de piel.
- Aquellos que tienen cáncer en general, ya que el sol disminuye las defensas.
- Las personas que toman ciertos medicamentos fotosensibilizantes (diuréticos, remedios para la presión, psicofármacos, antibióticos) que sensibilizan la piel, y pueden sufrir quemaduras.
- Los que tienen enfermedades fotosensibles como el lupus.
- Los que estén con alguna infección activa en la piel.
- Las personas que tienen muchos lunares.
Qué hacer si me quemo con el sol
Si en algún momento quedaste bajo el sol sin protección y quedaste “rojo” y ardido, es importante ponerse una crema para quemaduras solares. Si sólo es enrojecimiento leve, hay que usar algún producto postsolar, que haya estado guardado en la heladera, e hidratarse mucho después de la quemadura. También se deberá evitar la exposición hasta que la piel esté recuperada.
Si la quemadura es más grave, hay que consultar al médico. No hay que untarse aloe vera de plantas, ni pepino, ni ningún remedio casero.
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Cómo cuidar la piel en verano
Para minimizar los efectos del sol y del calor, podemos tomar algunas medidas muy básicas.
- Hidratación: es una de las claves para que la piel se vea radiante aún en verano. Tomar mucha agua, aún sin sentir esa necesidad que experimentamos cuando tenemos sed. Al beber mucha agua y otro tipo de líquidos, la dermis permanecerá hidratada y suave.
- Siempre tratá de cubrir la cabeza con algún tipo de gorro o sombrero y es muy importante llevar unas gafas con protección UV para proteger los ojos, uno de nuestros órganos más sensibles.
- Otra de las recomendaciones más importantes es beber mucha agua y tratar de no ingerir alcohol y medir la ingesta de café, porque ambos pueden ayudar a la deshidratación.
Consejos de dermatólogo
- Evitar las bebidas gaseosas: contienen gran cantidad de azúcar, que es mala para la piel. Reemplazarlos por agua, jugos naturales a base de frutas o agua de coco. Además de las gaseosas, también poné en la “lista negra” el café y las bebidas alcohólicas, ya que actúan como diuréticos, que lo que hacen es reducir el agua de tu sistema.
- Lavar el rostro dos veces al día: es una tarea sencilla que dará muchos beneficios porque ayuda a mantener los poros libres de suciedad.
- Exfoliá tu piel: ayudar a eliminar las células muertas y mejora la circulación de la sangre del rostro.
- Usá un tónico: es un gran aliado, ya que mantiene súper fresca nuestra piel. Gracias a sus propiedades de enfriamiento natural, deja la piel fresca y con los poros cerrados.
- Utilizá crema hidratante: es esencial hacerlo todo el año, pero en verano aún más.
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